Los propietarios de las fincas o montes de Castrillón más próximos al aeropuerto de Asturias deberán talar los árboles altos, sobre todo los eucaliptos, por suponer un peligro para la seguridad y las emisiones de radio de los aviones que aterrizan y despegan del aeródromo, debido a la altura que alcanzan. El Ayuntamiento de Castrillón es propietario de algunos montes y va a proceder de inmediato a la tala de los eucaliptos. El control de las zonas afectadas por la servidumbre aeronáutica se ha modificado desde la aprobación el pasado mes de julio de un Real Decreto.

"Vamos a contratar la tala de los árboles en las fincas municipales afectadas por la servidumbre aeronáutica. Los propietarios de fincas privadas deberán hacerlo también. Si no lo hacen en un plazo prudencial, lo hará el Ayuntamiento mediante el procedimiento de ejecución subsidiaria", señaló ayer el concejal de Medio Ambiente, José Luis Garrido.

La servidumbre aeronáutica afecta, en parte o en su totalidad, a los concejos de Castrillón, Soto del Barco, Avilés, Corvera, Candamo, Carreño, Cudillero, Gijón, Gozón, Illas, Las Regueras, Llanera, Muros de Nalón, Noreña, Pravia, Siero y Valdés. La servidumbre aeronáutica es la limitación al derecho a construir o realizar actividades por razón de la seguridad aérea.

La normativa prevé que, para la ejecución de obras, instalaciones o plantaciones en los espacios y zonas afectados por servidumbres aeronáuticas civiles o elementos de más de 100 metros de altura respecto al nivel del terreno o agua circundante, se deberá contar con el acuerdo previo favorable de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea AESA.

La altura de las plantaciones se controla en el entorno del aeropuerto para garantizar la correcta recepción por las aeronaves de las emisiones radioeléctricas que emiten las ayudas a la navegación, así como para que se pueda garantizarse la seguridad de las operaciones basadas en dichas radio ayudas.

Los responsables del aeropuerto también han pedido al Ayuntamiento que los propietarios de las fincas colindantes con las vallas de protección del aeródromo, limpien las fincas. "Hay muchas vallas que están tomadas por la maleza y los dueños tienen que limpiar sus terrenos. En ese caso el Ayuntamiento, no tiene ninguna finca colindante con las vallas de protección pero los dueños están obligados a mantener sus zonas en buen estado", dijo Garrido.

La AESA, ante la proliferación de los drones, también tiene unas normas que afectan a Castrillón. El dron, aunque sea como uso recreativo, no se puede volar en zonas urbanas ni en áreas con aglomeración de personas como parques o playas. Los posibles daños que cause el dron son responsabilidad de quien lo maneje y, si es un menor, de sus padres. Las sanciones, en función de la gravedad de la infracción, están establecidas entre 60 y 225.000 euros en el caso de personas físicas. Y las sanciones a personas jurídicas pueden alcanzar hasta 4,5 millones de euros.

Tirar voladores es otra de las actividades que hay que controlar en los concejos como prevé el plan director del aeropuerto. Los responsables municipales de Castrillón hace años que ponen en conocimientos de los técnicos municipales las zonas, la altura y las horas previstas para tirar voladores. Los responsables municipales nunca denegado hasta ahora el permiso para tirar voladores. Además de voladores, el reglamento limita los farolillos voladores o a los globos de helio, entre otros.