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El dueño de la granja donde se ahogó un niño niega que organizase las actividades

La juez cierra la ronda de declaraciones con el administrador, que se desvincula de la gestión cotidiana del complejo al residir fuera de Asturias

El teniente de alcalde de Soto del Barco, Francisco Javier García, a la derecha, durante el Pleno de ayer. M. VILLAMUZA

El dueño de la granja escuela de Soto del Barco donde el pasado 25 de julio se ahogó Izan Álvarez Pérez, de cinco años, se ha desvinculado ante la juez de instrucción de Pravia de la gestión cotidiana del centro. Según ha podido saber este periódico, el administrador ofreció una breve declaración en la que explicó que reside habitualmente fuera de Asturias y que, por ello, no está al tanto del funcionamiento "diario" ni de las actividades que se desarrollan en la finca. La piscina de la granja donde falleció el niño, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA en base a informes del Ayuntamiento y de la Guardia Civil, carecía de licencia municipal de apertura, de socorrista y de seguro de responsabilidad civil, y no cumplía con las pertinentes medidas de seguridad. Además, una de las monitoras al cuidado de los pequeños estaba en prácticas y los padres del menor habían advertido en la matrícula de que su hijo tenía pánico al agua.

La declaración del dueño de la granja escuela Palacio de la Bouza cierra la primera tanda de citaciones ante la juez, que podría solicitar más informes o testimonios antes de cerrar la instrucción. En agosto, pasaron por el juzgado las dos monitoras que cuidaban del grupo de niños en el que jugaba Izan Álvarez cuando se ahogó. Ambas indicaron que prestaron atención "en todo momento" al pequeño, natural de Pravia, aunque no pudieron precisar el último instante en el que le vieron con vida.

Poco antes había sido llamada a declarar la directora del centro de ocio infantil, que rehusó hacer declaraciones. Tampoco había querido dar explicaciones un mes antes, en las dependencias de la Guardia Civil de Soto del Barco, horas después de que tuviera lugar la tragedia. Tanto ella, como el dueño y las dos cuidadoras están siendo investigados por lo ocurrido en la granja escuela, un suceso que conmocionó a la sociedad asturiana.

La juez cuenta ahora con los testimonios de los investigados que han querido dar su versión, así como con con los informes elaborados por la Guardia Civil, encargada de llevar a cabo las indagaciones desde un primer momento, y del Ayuntamiento de Soto del Barco. El documento remitido por la Benemérita deja claro que la piscina de la granja escuela donde murió Izan Álvarez carecía de socorrista en contra de la normativa autonómica, que obliga a que todas las instalaciones acuáticas con más de 1,60 metros de profundidad dispongan de servicio de salvamento (en este caso, la profundidad es de 1,80). Además, el texto subraya que el vaso pequeño, destinado a menores que apenas saben nadar, no está lo suficientemente separado del grande ni existen obstáculos insalvables entre ambos.

El Ayuntamiento de Soto del Barco también remitió otro breve informe al juzgado de instrucción para informar de que la piscina de la granja escuela carecía de licencia municipal de apertura, a pesar de que el centro llevaba en funcionamiento alrededor de 25 años. Y la propiedad reconoció no tener seguro.

El ahogamiento de Izan Álvarez en la granja escuela Palacio de la Bouza llenó de dolor a los vecinos de Soto del Barco y a los de Pravia, donde reside su familia, hace poco más de dos meses. Ahora, la instrucción da un paso más para esclarecer qué ocurrió para que el niño, con miedo al agua, falleciera en presencia de las monitoras y de otros compañeros de juegos. Aún no está previsto que la juez encargada del caso abra juicio oral.

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