Plantillas de profesores sobrecargadas de trabajo, dificultades para desarrollar ciertos proyectos educativos que requieren tiempo de los docentes fuera del ámbito de las clases, dificultades para encajar los horarios, escasez de presupuesto para abordar tanto obras como reposición como de modernización de material y ocasionales lentitudes en la cobertura de bajas de personal o puestos educativos especiales... Y, como consecuencia, un creciente malestar de la comunidad escolar por tener que "ir al límite" en la tarea pedagógica.
Este es el panorama que describen algunos responsables de los institutos avilesinos y que achacan a la sistemática política de recortes que se viene aplicando en la educación desde la entrada en vigor del Real Decreto Ley 14/2012 de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo. El efecto que tienen estos recortes derivados de la política estatal de austeridad en los centros avilesinos de Secundaria ha vuelto a ser motivo de preocupación a raíz del incidente que protagonizó el pasado viernes un alumno con necesidades educativas especiales que sacó un cuchillo en plena clase, lo que motivó la huída precipitada de sus compañeras y su profesora, que se lesionó tras caer al suelo.
El alumno en cuestión no estaba en el momento del suceso bajo el control del especialista en pedagogía terapéutica que habitualmente supervisa y vigila su aprendizaje. Si bien desde el centro entienden que el hecho fue un suceso aislado, algunos docentes opinan que serían necesarios más medios y más apoyo por parte de la Administración. Y más en un instituto que, según manifestó a este diario la presidenta de la asociación de padres y madres, este año cuenta con un elevado número de alumnos con necesidades especiales. En este sentido, la responsable de la AMPA anunció que ha pedido una reunión con la dirección del instituto para saber de primera mano lo ocurrido el día del incidente con el cuchillo, además de analizar posibles medidas de mejora de la atención al alumnado inscrito en el Programa de Mejora de Aprendizaje y Rendimiento (PMAR) tres bajas y recabar información sobre la cobertura de las bajas laborales que registró el instituto en el comienzo de curso.
En líneas generales, los responsables de los institutos avilesinos aseguran que la cobertura de especialistas para atender a los alumnos con necesidades especiales se ajusta rigurosamente a lo que establece la ley (un profesional por cada ocho alumnos) y que la Consejería de Educación nunca objeta cuando por aumento de matrícula ese número ha de ser aumentado. Otra cosa es que la maquinaria burocrática vaya lenta y, por ejemplo, haya un instituto avilesino que este curso ha visto aumentar su nómina de alumnos con necesidades especiales y aún está a la espera de la asignación de educadores específicos para ese colectivo.
En materia de recortes, sobre lo que los directores llaman la atención es sobre los perjuicios que ha acarreado el aumento de 18 a 20 de las horas de carga lectiva semanal. "La traducción práctica de esa medida es que ha desaparecido uno de cada diez profesores y los que han quedado tienen más carga de trabajo, menos tiempo para dedicar a otras actividades relacionadas con la enseñanza y un difícil encaje de horarios; ese fue el verdadero punto de inflexión y donde más evidente se ha hecho la política de recortes", señala el director del instituto La Luz, Ricardo García.
La directora del instituto Carreño Miranda, Isabel Álvarez, suscribe la opinión generalizada de que, frutos de los recortes, los institutos van "muy justos" de medios y señala como ejemplo el "encaje de bolillos" que hay que hacer todos los cursos para sacar horarios y asignar profesores a las diferentes tareas a realizar en el instituto más allá de la docencia estricta: guardias, tutorías, proyectos pedagógicos...
Respecto a los medios materiales asignados a cada instituto por Educación, los directores consultados señalan que son los mínimos imprescindibles para garantizar el funcionamiento de los centros. Las políticas de modernización de equipos como los informáticos o la renovación de mobiliario es, de momento, una entelequia. "Los presupuestos son austeros y hay que ser muy prudentes y responsables en su gestión porque, como todos sabemos, la Consejería no suelta ni un euro más", apunta Ricardo García.
