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PEPE VIYUELA | Actor y productor de "Mármol", actúa mañana en Piedras Blancas

"La televisión me permite trabajar como actor en el teatro y poder producirlo"

"Vivimos en un país con la madurez democrática suficiente como para que no haya que pagar precio por tomar partido"

Pepe Viyuela, durante una interpretación.

El popular actor Pepe Viyuela (Logroño, 1963) es el protagonista de la comedia "Mármol", un espectáculo que se representa mañana, sábado (20.00 horas), en el auditorio del Valey, en Piedras Blancas, y que a lo largo de año y pico ha cosechado aplausos y buenas críticas por todo el país. "Sólo nos quedan nueve funciones", advirtió el protagonista de "Matadero", una serie que estrenará Antena 3 el próximo año.

- Le pillo grabando, ¿no?

-Sí, sí. Esta semana me coincide la serie con la función.

- Empezó no hace mucho.

-La serie es una producción de Diagonal para Antena 3. Es posible que se emita el próximo invierno, no le puedo asegurar. Llevamos grabando desde agosto.

- Vamos a "Mármol". ¿Qué tenía?

-Una suma de tres cosas. Habla de algo que afecta a todo el mundo: la diferencia que existe entre la vida que llevamos y los sueños. Además, se trata de una obra de una escritora irlandesa -Marina Carr- que es muy conocida en su país y en el Reino Unido, pero en España nada. Eso nos parecía muy atractivo.

- ¿Y cómo dieron con ella?

-Antonio C. Guijosa, el director, la encontró en Londres. Nos la ofreció, nos pareció bien y nos decidimos a montarla porque desde el punto de vista de la producción era abordable: únicamente cuatro personajes. O sea, la vida y los sueños, la apuesta por una autora desconocida y el hecho de que fuera asequible nos convenció del todo.

- La última vez que estuvo en Piedras Blancas fue con "El baile". ¿Hay similitudes?

-No. Aquella obra hablaba de la posibilidad de amar a más de una persona. En "Mármol" nos centramos en los sueños y en la posibilidad de que se conviertan en pesadillas. La obra comienza cuando mi personaje sueña con la mujer de su amigo y ella, a su vez, también sueña con él. Sueñan simultáneamente.

- Llevan una carrera larga.

-Hace año y medio estrenamos. En nuestra compañía procuramos siempre desarrollar el espectáculo hasta el final, exprimirlo del todo, es el mejor modo de llegar a todos las plazas. Muchas veces no es fácil: los actores tienen que buscar otros proyectos. Estamos muy contentos. Marina Carr vio la función y le gustó mucho. Desde luego que ha sido una experiencia muy buena. Sólo nos quedan nueve funciones.

- ¿El teatro es una forma de vida?

-La profesión de actor es la más bonita que existe. Disfruto cuando subo a un escenario, en la sala de ensayos. Desde este punto de vista sería difícil encontrar otra profesión mejor. Lo que sucede es que desde el punto de vista de los negocios la cosa es distinta: hay que sacar adelante los proyectos. En mi caso la cosa va bien: la televisión me permite trabajar como actor en el teatro y poder producirlo.

- O sea, recomienda esta profesión.

-A un estudiante le diría que si quiere dedicarse al teatro, que no se lo piense; si lo que busca es dinero, que se busque otra profesión.

- El nivel de paro es enorme.

-Es difícil de creer, pero el 90 por ciento de los actores está en paro o trabaja en tres o cuatro cosas y lo hace con el fin de promocionarse. Pero nosotros no somos la excepción.

- Hay más espacios escénicos.

-Y está bien, porque crea una cantera de actores. Lo que sucede es que muchos actores trabajan tan en precario que no se puede considerar trabajo. Lo mínimo es la Seguridad Social y sueldos más o menos dignos. Las nuevas salas son muy pequeñas, son muy difíciles de sostener. Pese a ello, de acuerdo, salen nuevos autores, pero es necesario una profesión con mayor dignidad.

- Dio un paso adelante y se marcó políticamente en Podemos.

-Sí.

- ¿Le ha supuesto algo en su vida profesional?

-Me dedico en cuerpo y alma a mi trabajo, no a la política. Lo que sucede es que, como soy muy visible, parece que toma de posición se convirtió en noticia. Y no lo es. No he notado ningún cambio: trabajo en televisión, estoy en una compañía, comparto otra. Vivimos en un país con la madurez democrática suficiente como para que no haya que pagar un precio por tomar postura política. Lo considero un derecho y hasta una obligación.

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