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El "Avilés" de África sí da la talla

El equipo guineano al que el club local donó material deportivo el año pasado conquista su primer trofeo con la camiseta blanquiazul

El equipo guineano que juega con la ropa del Real Avilés celebra la conquista de un trofeo.

A 4.600 kilómetros de Avilés, en la antigua colonia portuguesa de Guinea-Bisáu, juega un equipo de fútbol que porta con orgullo en el pecho el mismo escudo que cada domingo identifica a los jugadores del Real Avilés por los campos asturianos de Tercera División. Las diferencias entre los jugadores blanquiazules de África y los de aquí son tan notables como numerosas: aquellos carecen de botas de marca, no tienen ropa de entrenamiento -y tampoco es que entrenen mucho-, juegan en campos de tierra y guardan los balones como oro en paño porque escasean. Los de allí saltan al campo sin remuneración alguna y entienden el fútbol, más que como un deporte, como una evasión que les permite olvidar por unas horas la miseria que les rodea. Otra gran diferencia es que los "reavilesinos" de África logran ganar torneos y los de aquí... Bueno, los de aquí coquetean con los puestos de descenso de una categoría que, presuntamente, debería quedarles pequeña.

La historia de las equipaciones del Real Avilés que ahora viste a los victoriosos jugadores de un equipo aficionado de Guinea-Bisáu es ciertamente rocambolesca. Ese material fue enviado por el Real Avilés al continente negro a través de la intermediación de la asociación local de africanos, cuyo presidente, Izidro Monteiro, es también un decidido impulsor de la práctica del fútbol en su país natal. El envío de esa ropa deportiva supuso, en plena descomposición directiva del equipo avilesino, la dimisión del entonces director general, Manuel Fernández, quejoso con la "cutrez" -así dijo- de la ropa que otras personas habían seleccionado para mandar a África. La queja de Fernández -dimisión incluida- valió para que se escogiesen otras prendas en mejor estado. Son las que ahora visten a los campeones africanos.

Ajenos a la mala marcha del equipo que les viste y probablemente ignorantes de hasta dónde está la ciudad a la que representan el escudo y los colores que lucen, los "leones" blanquiazules de Guinea-Bisáu sudan en cada partido la camiseta y la honran con su esfuerzo.

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