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Una fábrica inagotable de buen teatro

La programación coherente, los técnicos entregados a cada espectáculo y el público devoto explican el prestigio nacional del odeón local, que celebra sus bodas de plata

Una fábrica inagotable de buen teatro

Cuando el teatro Palacio Valdés reabrió sus puertas hace veinticinco años lo hizo con un estreno nacional: una zarzuela barroca de Francisco Bances Candamo y Sebastián Durón, un espectáculo bajo la dirección de Emilio Sagi y Lukas Foss. A partir de ahí, a partir del 14 de noviembre de 1992, la senda de los estrenos nacionales se ha extendido de tal modo que se ha convertido en una seña de identidad del coliseo avilesino. Un teatro en las afueras de las afueras necesita una marca de fábrica para no ser un teatro más, para celebrar su vigésimo quinto aniversario con un fiestón de primera. Eso es lo que ha vivido el odeón este último otoño: una programación de campanillas y encuentros con actores, directores, productores, escritores... El teatro, mejor cuanto más cerca.

¿Cuál es el secreto de los éxitos del Palacio Valdés? El actor Carlos Hipólito es uno de los devotos de Avilés más veteranos: entró en la partida en 1993; lo hizo con "La estación", de Umberto Marino, con Jaime Chávarri como director. "Fue mi primera vez en Avilés y fue también la primera vez que sentí al público tan cerca de nosotros, en el escenario", cuenta el intérprete que ahora protagoniza la versión española del musical "Billy Elliott": todos los días, en plena Gran Vía. Después participó en otro estreno sideral: "El método Grönholm", uno de los éxitos más extraordinarios de la escena contemporánea española, una comedia de Jordi Galcerán que echó a andar en el teatro Palacio Valdés en las Jornadas de Agosto de 2004 y que después se mantuvo en cartel tres años seguidos.

Lo que le pasa a Hipólito no es una sensación extraña. El director de escena y dramaturgo Pablo Messiez lo explica así: "Para mí, Avilés supone la posibilidad única de estrenar sin prisas, estar allí una semana trabajando y haciendo los ajustes necesarios. Supone trabajar en un espacio hermoso y contar con la mirada atenta y lúcida de Antonio Ripoll y del equipo del teatro acompañando el proceso con calidez. Es entrar en otro tiempo: uno de dedicación absoluta a esto que hacemos. Es una suerte y un privilegio". Messiez estrenó este mismo año "Todo el tiempo del mundo", una función que abre la programación del Pavón Kamikaze de Madrid el próximo mes de enero. La sensación de estrenar en Avilés ya la vivió hace cuatro años: con "Las palabras". Este otoño anduvo en el Teatro Español con "Bodas de sangre".

Las ventajas del Palacio Valdés son claras: ante la ausencia de presupuesto claro para la producción propia, la apertura de par en par del odeón, la oportunidad de trabajar el estreno nacional sobre el mismo escenario que lo va a acoger. El productor y director de escena Juan José Afonso lo explica así: "Lo bueno del Palacio Valdés ha sido contar con un programador muy bien informado sobre los proyectos que se están cociendo", señala el también director del Festival Internacional de Teatro de Canarias, un encuentro cultural cuya primera edición está prevista para la próxima primavera. Lo último que estrenó en Avilés fue "Después del ensayo", de Ingmar Bergman. "Con esto del Festival, me queda para más adelante, para otoño de 2018 un Mamet al que le tengo ganas", cuenta.

Los técnicos del Palacio Valdés son los que más alabanzas reciben de cuantos eligen las tablas avilesinas para estrenar sus proyectos. "Estrenar en Avilés es especial; para empezar, por el estupendo equipo de profesionales que hay allí, que te acompañan con todo su buen hacer para que el espectáculo se presente de la mejor forma posible. Pero también lo es porque el público del Palacio Valdés está muy acostumbrado a ver buen teatro; es, por tanto, un público conocedor y exigente", apunta Juan Mayorga, que a comienzos de este mes presentó en el Niemeyer dos de sus obras: "El cartógrafo" y "Himmelweg".

"Lo lógico es que nos fuéramos todos a los alrededores de Madrid porque si encontráramos un error en la escenografía lo tendríamos muy fácil para solucionarlo. Pero casi todos vamos a Avilés", añade Juan José Afonso. "Y, además, lo que hacemos allí tiene repercusión inmediata", añade el director de, entre otras, "El arte de la entrevista", del propio Mayorga o "Almacenados", de David Desola, el estreno más accidentado de toda la historia del Palacio Valdés: se retrasó un día porque un rayo cayó en pleno Ayuntamiento de Avilés y obligó a desmontar el sistema de un reloj que era fundamental para el desarrollo de un montaje teatral protagonizado por José Sacristán y que sólo ha traído aplausos a su autor: se llevó el premio "Ariel" al mejor guión adaptado del año pasado. Este galardón lo concede la Academia de Cine de México, que es un país, junto a Costa Rica donde el nombre de Desola causa expectación.

El escritor catalán explica: "Mi primera obra -"Baldosas"- se estrenó en el Palacio Valdés hace veinte años y desde entonces han pasado por ahí unas cuantas más. Estrenar en Avilés significaba abrirse las puertas de todos los teatros de la zona norte porque Antonio Ripoll era todo un referente entre los programadores. Creo que ha sido un gran acierto su apuesta por los autores españoles contemporáneos, que creo sigue vigente. Otro factor importante es la fidelidad del público avilesino que, seguramente, sea la consecuencia de esa magnífica gestión", sentencia.

Nacho Artime ha sido uno de los productores que más ha frecuentado el teatro Palacio Valdés. Comenzó a lo grande, con Amparo Rivelles y Nuria Espert. Fue su primer David Hare, uno de los autores británicos más respetados. El luanquín explica: "En muy pocos años, Ripoll consiguió recuperar no sólo un espacio, sino darle un sello, un 'touch' personal y reconocible en todo el mundo teatral. Y recuperar también a esa magnífica afición avilesina al teatro desde los tiempos de la pequeña Atenas del norte.Y algo muy importante o más: un equipo de trabajo dentro de la casa que yo, que conocí tantos teatros, no vi en otros lugares".

El número de estrenos nacionales en el Palacio Valdés se mantiene constante. En 2013 esta razón del odeón avilesino se ha extendido al Centro Niemeyer. Se da la circunstancia de que el equipo gestor de la fundación del complejo cultural promovió en 2011 el debú en España de uno de los grandes espectáculos vistos en estos veinticinco años en Avilés: "Richard III".

Desde este septiembre y hasta el pasado 15 de diciembre Avilés ha programado lo nunca visto: ocho estrenos. La fiesta de la reapertura abrió con "Sensible", de Constance de Salm. Danza y tragedia para empezar.

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