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La gestión del patrimonio industrial de la comarca

Daniel Alonso reconvierte la mayor nave de Ensidesa en un taller gigante de calderería

El empresario avilesino, que ya había salvado de la piqueta los hornos de acero, ha alquilado Laminación Oeste a Arcelor para fabricar piezas eólicas

El nuevo aspecto que luce la nave de Laminación Oeste

El empresario Daniel Alonso se ha ganado a pulso el título de gran mecenas del patrimonio industrial avilesino. Si en su día ya evitó con su adquisición y reforma la demolición de la acería Martin Siemens (hornos de acero), ahora ha culminado la ocupación completa de la nave que en tiempos de Ensidesa funcionó como laminación y el apéndice de la misma conocido como hornos de fosa. A diferencia del edificio de hornos de acero, el procedimiento elegido en Laminación Oeste ha sido el alquiler de la nave a Arcelor, su actual propietario.

La utilización que hará Daniel Alonso de la vieja laminación en caliente se articula a través de la sociedad Windar Renovables y está enfocada al negocio de la eólica marina. Una inversión superior a los 300.000 euros en acondicionamiento civil de las instalaciones, la colocación de una docena de puentes grúa y el despliegue de diversa maquinaria de gran tamaño ha dado como resultado un gigantesco taller de calderería del que salen piezas colosales para los más importantes parques eólicos del norte de Europa.

La nave de Laminación Oeste, datada en 1952, son en realidad siete naves pegadas una a la otra, con una anchura de 30,20 metros cada una y una longitud en el caso de la mayor de 950 metros. El conjunto ocupa una superficie de 138.800 metros cuadrados a los que deben añadirse, para entender la magnitud del "tallerón" que ha puesto en funcionamiento Daniel Alonso, el anexo de la nave de hornos de fosa. Vista desde el aire, la construcción tendría la forma de una "L". El gran mérito arquitectónico de la antigua Laminación es la escasez de hierro y la abundancia de hormigón, el material que se optó por usar dada la carencia de acero en la época de su construcción. Hasta que llegó Daniel Alonso, Arcelor usaba este recinto como almacén de bobinas y para acopiar chatarra y enseres inservibles.

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