Son hombres y mujeres, la mayoría enfermos crónicos, que han tomado el control de su salud. Ayer, cerca de 250 pacientes activos y monitores, más representantes de asociaciones e instituciones que forman parte del programa "Paciente activo", se dieron cita en el Centro Niemeyer para compartir experiencias.
"El objetivo de este programa que sigue el método de Stanford es que los pacientes, especialmente los crónicos, aprendan a autocuidarse, se empoderen y tomen decisiones compartidas", explica Encarna Fernández, coordinadora de enfermería del área sanitaria avilesina y miembro del programa "Paciente activo Asturias" ( Pacas).
El beneficio es doble: para los enfermos y para el sistema de salud. "Un paciente empoderado necesita a los médicos y enfermeras, pero acude menos veces a la consulta", precisa Fernández, que destaca que en Pacas participan más mujeres que hombres. El proyecto lo integran en total cerca de 1.500 pacientes y cuidadores. "El perfil es variopinto, hay jóvenes y ancianos con diversa patología como diabetes o hipertensión", apunta la enfermera.
El programa de paciente activo consiste en la celebración de talleres o cursos prácticos de autocuidados dirigidos a personas con alguna enfermedad crónica y cuidadores para que conozcan su enfermedad y qué hábitos o conductas influyen en ella. Dicho programa consta de seis talleres que se celebran en seis semanas y quienes imparten las clases son monitores con una enfermedad crónica previamente formados.
Al finalizar, la mayoría de pacientes saben técnicas para tratar la frustración, la tristeza, la fatiga o el dolor. También adquieren habilidades para resolver problemas.
