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CARLOS DE MAQUA | TENOR

Lírica de familia

Cuatro años después, el cantante vuelve a su ciudad natal para reivindicar a las compositoras ocultadas por la historia

Carlos de Maqua, ayer, en Avilés. RICARDO SOLÍS

Carlos de Maqua se guarda de revelar sus años en el mundo. Dice que es cosa "delicada", que es cantante de ópera y que para qué. Y no le falta razón. Cuando se le aprieta un poco más, sin embargo, ofrece un arco temporal un poco más concreto: el avilesino nació en la década de los cincuenta, un tiempo crucial para el desarrollo de su municipio. Entonces fue cuando entró por la ría la draga "Pax", aquella que abrió camino para la gran industria, la que iba a cambiar la historia de la economía y la sociedad asturianas.

Todo esto tiene que ver con los orígenes familiares del tenor que ofrece hoy el recital "Ellas componen" (13.00 horas). Cantará en el Niemeyer un programa incluido en el ciclo "Suena la cúpula". "Me gusta mucho ese nombre", confiesa a este periódico. Y es que el tenor vive en Madrid desde hace años, pero sigue siendo avilesino y asturiano, que eso no se pierde nunca. "Tengo una casita en la Concha de Artedo", confiesa. El músico saldrá a escena junto a la pianista Rosa María Goitia y ambos interpretarán un repertorio con acento femenino: Poldwski, Paulin Viardot, Chaminade, Chabuca Granda, María Graver, María Teresa Lata y Consuelo Velázquez. "Este concierto ya lo hicimos en Santander. Elegimos mujeres excelentes que estuvieron a la sombra de los hombres y que, por eso, apenas son conocidas, pero también sonarán canciones conocidas y reconocidas. ¿Quién no ha escuchado antes 'La flor de la canela' o 'Noche de ronda'?", se pregunta.

La familia materna de Carlos de Maqua es casi toda ella avilesina. La paterna no, la paterna es ovetense. Es hermano del tercer Marqués de San Juan de Nieva, Alfonso de Maqua y García-Varela. Lo del título lo explica el propio aristócrata: "El primer marqués, Francisco Javier de Maqua y Pozo, había nacido en México en 1850. La familia regresó a Europa huyendo del cólera, aunque la madre del marqués murió en París, precisamente, de esa enfermedad. Francisco Javier de Maqua se estableció entonces en Avilés, donde falleció. En 1894", explica. Este primer marqués está enterrado en La Carriona. La escultura del angelote señalando el cielo se llevó no hace mucho un premio nacional. El título lo concedió la Regente María Cristina, "la que me quiere gobernar". Fue el año anterior a su muerte. Alfonso de Maqua es el tercer marqués de Maqua, pero pertenece a la quinta generación ennoblecida. Tiene su explicación: "Mi abuelo se había ido a Filipinas y mi padre no atendió al título", comentó el actual titular. El rey Juan Carlos lo volvió a crear en 1982.

El cantante avilesino estudió en el Instituto Carreño Miranda. "Hasta hacer el PREU", aclara. Aquel Carreño Miranda ahora es el actual colegio Palacio Valdés. "Siempre fui muy aficionado a la música", recalca el tenor. Y esa afición la cultivó en casa de los hermanos Soria. "Grandes artistas y muy aficionados a la música", cuenta el cantante. Estaban relacionados con profesionales en Madrid y pusieron en contacto al joven Maqua con Miguel Barrosa, que fue un legendario tenor, estrella en los primeros años del siglo pasado. Había nacido en Candás, se formó en Gijón, participó en la campaña de África.

Cuenta la leyenda que ofreció un recital y le escuchó Miguel Primo de Rivera. "Es una pena que con esa voz gane 333 pesetas como teniente", le dijo. Y ahí fue cuando Barrosa dejó el Ejército y se subió al escenario. Interpretó medio millar de veces "Madame Butterfly". Ese fue quien educó la voz del avilesino que ahora regresa a la ciudad. "La última vez que canté en Avilés fue hace y acuatro años: con Rosa Goitia y también con Begoña Goitia", se lamenta. El recital se llamó "Canciones de hoy y de siempre".

De Maqua se hizo cantante, pues, en casa de Barrosa, en la calle Fernando el Católico, en Madrid. Debutó finalmente en 1989. Lo hizo con una "Traviata" en Francia. Luego ingresó en la Compañía Lírica de Zarzuela y con ella cantó un repertorio gigante: de "La leyenda del beso" a "Luisa Fernanda". Y muchas más. Tanto en España, como por toda Europa o en los Estados Unidos? La carrera del avilesino es larga y muy aplaudida.

El avilesino siente devoción por Giuseppe Verdi y por Giacomo Puccini. "Son la piedra de toque", recalca el tenor que explica que la distancia y la cercanía entre las óperas y los recitales. "En estos cantas todo el tiempo, pero eliges lo que te va bien; es decir, hay que estar al cien por ciento siempre. En las representaciones, no cantas todo el tiempo, pero tienes que hacer lo que te va bien y lo que no te va bien". Y resume que la vida de un tenor es "sacrificada". Y lo dice porque son los únicos músicos que tocan "con un instrumento natural: la propia voz; todo nos afecta". Un pianista puede tocar con resfriado, eso es más difícil para un tenor. "A cambio haces lo que te gusta? y te pagan por ello".

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