El profesor de Flauta de Pico Alejandro Villar ofrece este mediodía un concierto (13.00 horas) en la Cúpula del Niemeyer. Recorrerá mil años de historia musical a lomos del instrumento del que da clase en el Conservatorio de Gijón.
- Disculpe, vamos a lo básico. ¿De pico?
-Es más conocida como flauta dulce, pero eso, a nivel escolar. Es un instrumento de viento madera, uno de los más antiguos que ha existido.
- Por eso, el recorrido histórico.
-Eso es. Empezaré con una pieza del siglo XII y terminaré con una de ahora mismo: el otro día estuve con el compositor terminando los últimos arreglos.
- ¿Por qué eligió la flauta de pico?
-Se adapta casi a cualquier repertorio. En el programa hay danzas. Los flautistas tenemos el privilegio de estar presente en toda la historia de la música. Eso no sucede con el piano, por ejemplo. Lo que voy a hacer es interpretar el programa con distintos instrumentos: desde réplicas medievales a las más actuales. Todos estos instrumentos son de la misma familia, la que marca la embocadura fija.
- ¿Cuál es el más moderno?
-Se llama flauta contrabajo paetzole.
- Vaya.
-Se inventó a finales del siglo XX. Es el más actual y es perfecto para asociarlo a la música electrónica.
- Pero usted empezó con la música antigua.
-Eso es, pero es tal su versatilidad que no la abandonas. En el concierto de mañana (por hoy) lo que voy a hacer notar es precisamente su evolución.
- O sea, que la flauta de pico siempre ha tenido predicamento.
-No, no siempre. Tras el Barroco se abandonó, como la viola da gamba o el clave. Los románticos fueron por otro lado. Desde la segunda mitad del siglo XX, vuelven a comenzar las composiciones.
