Oviedo, Antonio LORCA

Ganar está bien pero no es lo más importante. Al menos así lo ven desde el club deportivo del Colegio Santa Teresa de Oviedo, donde juegan unos 70 chavales en seis equipos diferentes: cinco federados y uno más, de categoría minibenjamín (niños de 6 y 7 años) que disputa la Liga escolar.

El director del club deportivo de este Colegio, Luis García, no tiene ninguna duda al respecto: «En los equipos tratamos siempre de premiar más los valores educativos que los deportivos». De hecho, los equipos están organizados de tal forma que todos los jugadores disputan, aproximadamente, la misma cantidad de minutos en cada encuentro. «Intentamos competir bien pero premiando la participación. Se trata de que no jueguen siempre los mejores, sino de que lo hagan todos por igual», insiste García.

A pesar de esta medida, los equipos del Santa Teresa están obteniendo buenos resultados. Federados tienen dos equipos benjamines; uno con niños de 8 años y otro de 9. Este último esta primero de la clasificación en Tercera regional. En categoría alevín hay un equipo en Segunda y otro en Tercera, que ahora mismo ocupa la cuarta posición de la clasificación. Por último, los más mayores son los chavales del equipo infantil, que juegan también en Tercera; también con muy buenos resultados.

Y es que primar la educación por encima de los resultados deportivos, a estas edades, no significa que en el futuro no puedan llegar a triunfar como futbolistas. Dos buenos ejemplos de esto son Javier Paredes y César Martín, que jugaron de niños en este mismo club. El primero milita ahora en el Real Zaragoza, de Primera división. Antes estuvo en el Oviedo, Real Madrid Castilla y Getafe. El caso de Paredes, recientemente retirado del fútbol, también es muy significativo. Además de jugar en el Oviedo, Deportivo, Levante, Bolton, Hércules y Castellón, fue internacional en las categorías inferiores de la selección española y en 12 ocasiones con la absoluta; siendo Campeón de Europa sub 19 y participando en la Eurocopa de 2004. A su vez, ha ganado una Liga, dos Supercopas de España y una Copa del Rey.

Dos modelos para los jugadores de un equipo en el que no sólo aprenden de fútbol, sino también de convivencia. «Es importante que sean solidarios como grupo; que haya una disciplina», explica Luis García, quien afirma que de lo que se trata es de evitar que vaya «cada uno a su aire». «Nos gusta que del equipo salga un grupo de amigos para toda la vida», dice el director deportivo de este Colegio ovetense. Estos mismos criterios educativos son los que se siguen para seleccionar a los entrenadores. «Más que buenos entrenadores, que también lo son, nosotros lo que queremos es que además sean buenos educadores», explica García. También se intenta, como sucede con dos de los técnicos actuales, que se vayan incorporando antiguos alumnos, para así seguir ligados al Colegio. Para, una vez adquiridos, seguir transmitiendo valores a través del fútbol.