Cuando muchos pensábamos que las próximas elecciones municipales en Mieres serían un nuevo paseo militar para el PSOE, la irrupción en escena de Aníbal Vázquez como posible cabeza de lista de Izquierda Unida supone un giro mayúsculo en esta predicción.

Tengamos en cuenta que la inoperancia en el poder del PSOE no ha sido contrarrestada por los partidos opositores. Por la izquierda, IU se fue difuminando progresivamente mientras que, por la derecha, el PP se halla maltrecho tras la batalla y división internas. Como consecuencia de todo ello, el electorado ha venido dando muestras de rendición y apatía ante un panorama político que no ha hecho sino allanarle el terreno al PSOE para mantenerse en el gobierno, al más puro estilo del PRI mejicano de sus mejores tiempos.

Pero una candidatura encabezada por Aníbal Vázquez podría ser una alternativa real, un rival con posibilidades de triunfo. En los comicios en que el factor personal tiene mayor importancia Aníbal representa lo más destacado del panorama social mierense, una opción que prácticamente no necesita ser vendida porque es de sobra conocida ya. Su trayectoria sindical y asociativa es su mejor aval. Experiencia y reputación, que no todos pueden apuntar en su haber. Y, además, se presentaría en un momento en que la escena política local es desoladora. Si se confirma su candidatura, el PSOE tendrá motivos de preocupación. Evidentemente, sigue siendo el favorito a la victoria. No en vano, es el partido que presenta una mayor y mejor organización, sin fisuras -y, si las hay, no asoman-, con una base electoral sólida y la inercia que proporciona llevar en el gobierno desde siempre. Por la derecha, aún no se sabe nada. Pero la apuesta de Izquierda Unida es un órdago en toda regla. Y a más de uno le estarán temblando las piernas. Con Aníbal Vázquez en el terreno de juego, hay partido.

No estaría nada mal que este ejemplo cundiera y que las candidaturas en nuestras cuencas se llenaran de nombres relevantes y activos sociales

Y miren ustedes por donde, para alguien como yo, que lleva un montón de elecciones votando en blanco, puede que esta vez no sea así.