Mieres del Camino,

David MONTAÑÉS

Los cazadores de la comarca del Caudal se encuentran en pie de guerra y están dispuestos incluso a dejar de gestionar los cotos. El motivo del este malestar tiene dos vertientes. Por su lado, no comparten los contenidos del nuevo reglamento de armas, un proyecto polémico que los aficionados consideran demasiado restrictivo. Uno de los artículos más polémicos del borrador es el relativo a la prohibición de armas semiautomáticas -las más comunes- con cargadores móviles con capacidad para más de tres tiros. Además, también ha quedado vedado el uso de uno de los calibres más comunes entre los cazadores.

Por otro, afirman que las administraciones, en este caso el Principado, se desentienden «por completo» de los problemas que genera mantener activas las zonas consideradas reservas cinegéticas. Los «elevados» gastos de mantenimiento de los cotos y los seguros para hacer frente a los daños que generan los animales están asfixiando económicamente a estas asociaciones.

El presidente del Coto de Mieres, Antonio Martín, trasladó a este diario la desazón que comparte con las asociaciones de Lena, Aller, Riosa y Morcín. Los cazadores están decididos a que la Administración regional escuche sus reclamaciones. «No recibimos ningún tipo de ayuda y, además, nos encontramos con cambios en los reglamentos que no tiene ningún sentido, que no aportan ningún beneficio a nadie y sólo sirven para perjudicar a los aficionados», señaló. Las asociaciones hacen frente a todos los daños que causan animales como los jabalíes y, añade Martín, «la Administración parece no valorar el trabajo que hacemos». Ante esta situación, los cazadores de la comarca del Caudal barajan, entre otras medidas de presión, la posibilidad de dejar de gestionar los cotos. Antonio Martín advierte de que si los cazadores dejaran de practicar esta actividad durante dos años, las consecuencias serían gravísimas: «Solo el coto de Mieres se cobra al año más de doscientos jabalíes, cifra que se duplica si hacemos un recuento comarcal. En dos años estos animales llegarían hasta el parque Jovellanos de Mieres», asevera.

El coto regional de caza número 104 correspondiente al concejo de Mieres, según consta en la Consejería de Medio Ambiente, cuenta con una superficie total de 16.123 hectáreas, de las que 14.603 corresponden a los montes de todo el municipio mierense y el resto a los terrenos de la zona de Olloniego, que pertenece al concejo de Oviedo.

En la actualidad, en la comarca del Caudal hay unas 800 licencias de caza, casi la mitad pertenecientes al coto de Mieres. La reciente decisión del Ministerio de Interior de modificar el reglamento de armas no ha hecho más que multiplicar el cabreo que tienen los aficionados.