Iba a ser una fiesta entre amigos para disfrutar del puente de la Constitución, pero terminó en tragedia. José Martínez Ramos, un niño leonés de seis años, falleció el lunes tras desnucarse al caer de un quad en la localidad de Los Quintanales, situada en las inmediaciones del clausurado pozo Polio, en Mieres. El atestado de la Guardia Civil explica que el pequeño accionó accidentalmente el acelerador cuando se subió al vehículo por la zona del manillar. En el quad estaban otras dos personas: el propietario del vehículo y el padre del pequeño, José Antonio Martínez Alfayate. Los dos resultaron heridos. Unos vecinos trasladaron al niño hasta el Hospital Álvarez Buylla, en un viaje que duró más de media hora. Ingresó cadáver. El niño fue enterrado ayer en Laguna de Negrillos, de donde es originaria su familia. Está previsto que hoy se celebre un funeral, a las cuatro y media, en iglesia de la localidad leonesa. Su abuelo, Zacarías Martínez, es el alcalde del municipio de Valdevimbre.

María Fernanda Pereira vive en una casa de dos plantas en Los Quintanales, a veinte metros del lugar en el que se produjo el fatal accidente. Sabía que el pequeño de León estaba pasando unos días en Santa Rosa porque, la semana pasada, había charlado con el vecino que hizo de anfitrión: "Conocemos al dueño del quad y me había dicho que tenía previsto dar una fiesta. Invitó a varios amigos, entre ellos a esta familia de León. El padre del niño es su jefe", explicó ayer. Alfayate tiene una empresa de transporte en León.

El suceso se produjo en el entorno de una propiedad en la que se guardan unas cabras que querían enseñar al pequeño. Según la Guardia Civil, el niño accionó el acelerador cuando el vehículo estaba en reposo. El quad se precipitó bruscamente contra un muro y sufrió un vuelco que causó las heridas mortales al menor y contusiones a los otros dos ocupantes del vehículo.

Eran las cinco y media de la tarde. María Fernanda Pereira estaba en su huerta cuando escuchó unos gritos. Al principio, según explicó ayer, no les dio importancia porque "creí que eran unos niños jugando". Las voces persistían y se transformaron en lamentos. Pereira subió una pendiente y se encontró una escena que nunca olvidará: "El niñín estaba en el suelo, en un charco de sangre", afirmó entre lágrimas.

El pueblo de Los Quintanales está a algo más de diez kilómetros del hospital y hay poca cobertura para los móviles. Hicieron una llamada al Centro de Coordinación de Emergencias, que quedó registrada a las seis menos veinte de la tarde. No fue posible recuperar la conexión, al estar en una zona sin servicio.

No saben si el pequeño seguía con vida: "Ya no hablaba y tenía los ojos cerrados". Lo envolvieron en una toalla y lo trasladaron al hospital en un Fiat Panda blanco que hizo las veces de ambulancia. "El padre lo tenía sobre el brazo y gritaba 'mi hijo, mi pobre hijo'. Estábamos todos muy asustados", relató Pereira. La carretera es estrecha y el viaje se demoró más de media hora.

Los profesionales del área de Urgencias trataron de hacer todo lo posible por reanimar al pequeño, pero no pudieron sino certificar su fallecimiento. Los otros dos ocupantes del vehículo también precisaron atención médica. El padre del menor, José Antonio Martínez Alfayate, habría salido del hospital con varias costillas fracturadas, según fuentes cercanas al caso.

La muerte del niño conmocionó a la localidad de Laguna de Negrillos. El PP de León, partido en el que milita su abuelo, se sumó a las condolencias a través de las redes sociales. La investigación de la Guardia Civil aún no ha terminado. La Benemérita expuso que los hechos tuvieron lugar al mediodía del lunes, mientras que el 112 y los vecinos lo sitúan por la tarde. Los agentes no tuvieron conocimiento del suceso hasta ayer, cuando un vecino preguntó por el estado de los heridos.

La Guardia Civil agradeció ayer la colaboración del pueblo de Los Quintanales, por intentar socorrer al pequeño cuando se produjo el siniestro.