Lo dijo Juan Camino: «En este país no dimite ni Dios». La dimisión de Juan José Corrales cobra valor por su carácter inusual: mientras día tras día vemos a políticos de todos los colores que se aferran al cargo pese a estar imputados en casos de corrupción, el alcalde de Siero se va por una falta de carácter personal que, si bien ha dañado la imagen del concejo, no pone en duda su capacidad para el gobierno. Con su gesto, Corrales se revela como un político de otra época, como un trasunto de ese Fabrizio Corbera, príncipe de Salina, que protagoniza «El gatopardo». En la película, don Fabrizio, al que da vida un enorme Burt Lancaster, toma conciencia de su situación con una frase que figura entre mis preferidas: «Éramos los leopardos, los leones. Los que ocuparán nuestro lugar serán chacales y ovejas. Y todos nosotros, leopardos, leones, chacales y ovejas continuaremos creyéndonos la sal de la tierra». Todo cambia y todo permanece igual. Pero algunas frases, algunos gestos, se recuerdan siempre.