Nunca se percibió desencanto mayor que el que se está produciendo por el baile de candidatos a la Alcaldía. Hay cosas que sólo se explican bajo ópticas de caciquismo, intereses personales, incompetencia y cosas peores. Y no me refiero únicamente al partido que no es capaz de conseguir internamente los consensos, utilizando fórmulas obsoletas para resolver los desacuerdos; sino en quienes quieren meter la cueza en el asunto para conseguir un ámbito más favorable a su programa no explícito. De todas formas, explicaciones puede haberlas y no dejan de lanzarse hipótesis: «El delfín apoyó a pie juntillas la devolución económica de los funcionarios, que muchos creemos que no es lo correcto ¿y si otro diese vuelta a esa interesada decisión? Y los corrillos, y los comentarios, y la decepción provocada por gobierno y socios ya han llevado a alguien a pensar en la creación de un nuevo partido, el VERRA (Vecinos Rabiaos) que seguro obtendrá en las próximas elecciones la mayoría absoluta.