Pravia,

V. DÍAZ PEÑAS

Hay fiestas que perderían todo su interés sin la colaboración desinteresada de los vecinos. Así sucede en Pravia con la celebración del Corpus, una fiesta rescatada del olvido hace varios años por parte del Ayuntamiento. Pero, a pesar del interés institucional por recuperar esta tradición, las verdaderas protagonistas de la fiesta son las mujeres del concejo. Medio centenar de pravianas trabaja desde hace varias semanas en la confección de las alfombras que engalanarán la villa el próximo jueves. Su labor es altruista y artesana, y su objetivo está claro: lograr que Pravia luzca como nunca para celebrar el Corpus.

La tradición de colocar alfombras florales es relativamente reciente y también se debe a la colaboración y al trabajo de las mujeres del concejo. Hace cuatro años se instaló un pequeño motivo a la entrada de la colegiata. Al año siguiente, se adornó la plaza y, el año pasado, las alfombras llegaron hasta la plaza del Ayuntamiento y la calle de San Antonio. Para este año las mujeres ya preparan el doble de alfombras que las que colocaron en 2009. Trabajan incansablemente desde hace semanas y cuentan en su empeño con la colaboración del Ayuntamiento de Pravia.

Como explican las mujeres, divididas en dos grupos de trabajo, la elaboración de las alfombras es toda una labor de artesanía. Primero tuvieron que diseñar los dibujos para rellenarlos después con sales coloreadas, flores, borras de café y hasta macarrones. El grupo que trabaja en la Casa de Cultura moverá en los próximos días unos 1.500 kilos de sal. Las que trabajan en la casa parroquial elaboran sus alfombras con flores y otros elementos naturales. Entre los dos grupos conseguirán que Pravia esté más florida que nunca durante el Corpus.

Todas las mujeres trabajan sin cobrar un euro y no lo hacen obligadas, al contrario, se sienten muy orgullosas de colaborar en la celebración y afirman que su labor también sirve para realzar esta fiesta recientemente recuperada pero con gran raigambre en el calendario festivo del concejo. Por ello animan a todos los vecinos a que se pasen por la villa el próximo jueves para ver su trabajo. Y, aunque casi trabajan a contra reloj, confían en llegar a tiempo a la cita. Muchas de ellas se pasan el día entero distribuyendo sal y ultimando los motivos de las alfombras. Ahora, a menos de una semana de que su trabajo adorne la villa para la procesión, solo esperan que el buen tiempo se alíe con el Corpus, una fiesta de la que son parte activa.