«El Ayuntamiento está presionado por los empresarios y por Gabino de Lorenzo para mantener la carretera abierta a los camiones. Y contra ellos, el deseo de los vecinos no sirve de nada». María José Vigil reside en el barrio de Cadage, en Cayés (Llanera), en una casa pegada a la carretera. Cada día, María José Vigil tiene que soportar el paso de decenas de camiones, que atraviesan el núcleo, transitando por la carretera Cayés-Villapérez (Ll-1), para acceder a una cantera que se sitúa en territorio ovetense. Una situación que afecta, en mayor o menor medida, a los aproximadamente 600 habitantes de Cayés y que les ha llevado a protagonizar numerosas movilizaciones, que no han servido, sin embargo, para «movilizar» a los responsables políticos.

María José Vigil tiene claro que el hecho de que la empresa extractiva se encuentre en territorio ovetense es una circunstancia esencial para entender la inhibición del Ayuntamiento de Llanera, en manos del Partido Popular: «El 20 de noviembre de 2009, en Consejo de Gobierno, se aprobó limitar el tráfico pesado en la carretera, pero nunca se colocó la señalización. Supongo que de aquella el alcalde de Oviedo le daría un tirón de orejas a nuestro alcalde para que no le echase a él el problema».

De hecho, ese acuerdo ha sido rectificado, hace apenas unos días, por la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Llanera. «El 7 de enero, los afectados pusimos una denuncia ante el Tribunal de lo Contencioso-Administrativo. Y pocos días después de que nos la admitan a trámite, se anula el acuerdo anterior. Creo que está claro lo que ha pasado», señala Vigil. Esta última decisión del Consistorio ha creado un hondo malestar entre los vecinos. Ramón Cuervo, de El Arroyo, señala a este respecto que «en el mes de junio, el Alcalde en persona me dijo que la señalización se pondría en cuestión de días, y aún estamos esperando por ella». No obstante, el objetivo último de los vecinos continúa siendo la construcción de una variante, aunque entienden que esta limitación del tráfico pesado paliaría mucho la situación. «La variante está pedida por el Ayuntamiento al Principado desde hace al menos diez años, pero pueden pasar otros diez antes de que se nos dé una solución. Y mientras tanto, la gente no se atreve ni a cruzar la carretera, por el volumen de tráfico que hay».