La Fresneda,

Manuel NOVAL MORO

Una amplia mayoría de las familias del Colegio Público de La Fresneda apoya la institución del uniforme escolar a partir del próximo curso. A lo largo de tres días de la semana pasada, el centro organizó una votación para decidir si se instituía o no el uniforme. Cada familia, un voto. Se necesitaba una mayoría absoluta para aprobarlo, y los partidarios del sí la consiguieron ampliamente. Votó más de un 70 por ciento de las familias, de las que estaban excluidas únicamente las de los niños de sexto curso de Primaria, que ya no estarán en el colegio el año que viene. El resultado final fue de 150 votos a favor y 61 en contra, es decir, un apoyo del 71%.

La presidenta de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos (AMPA) del centro, Piluca González García, dijo que tanto padres como docentes se mostraron muy sorprendidos por la alta participación. Aclaró, asimismo, que el hecho de que se haya aprobado el uso del uniforme no significa que los alumnos deban usarlo obligatoriamente. En los centros públicos nunca es obligatorio el uniforme. Al margen de lo que hayan votado y del resultado final de la votación, las propias familias tendrán la última palabra sobre si los alumnos llevan o no la prenda oficial.

El siguiente paso es constituir una comisión de padres y madres para tomar las decisiones sobre el tipo de uniforme: elegir el modelo, buscar establecimientos para su posible venta, comparar precios, etcétera. La pretensión de los padres, explicó la presidenta de la AMPA, «es que no lleve ningún signo distintivo, que sea sencillo y que las familias no estén obligadas a comprarlo en ningún establecimiento».

La propuesta es un uniforme de vestir y un chándal para hacer deporte. La AMPA se encargará de gestionar la comisión, cuya formación está prevista para la próxima semana. Todas las familias están invitadas a formar parte de la comisión, y para ello deberán dirigirse a la asociación por correo electrónico o en el propio colegio. La comisión elegirá dos o tres modelos de uniforme, con sus precios y los establecimientos en los que se venderán. Existe la opción, aún no decidida, de exponer una muestra de los modelos elegidos para que los padres los puedan ver. Una vez tomada la decisión sobre dos o tres modelos, las familias votarán con cuál se quedan. El uniforme entrará en el proyecto del colegio del próximo curso y los alumnos podrán llevarlo desde septiembre.