Pola de Siero,

Manuel NOVAL MORO

Julia Fernández, la niña ovetense que tiene el síndrome de Rett, una enfermedad congénita exclusiva de niñas que le afecta de forma severa a la movilidad y al habla, ya tiene quien se una a su causa en Pola de Siero. La asociación Comercio Local recoge, desde el mes de febrero, tapones de plástico donados por los vecinos para venderlos a empresas de reciclado de materiales y aportar los beneficios de esta venta a la lucha contra la enfermedad, que capitaliza en España el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

La presidenta de la asociación, María Isabel Suárez Álvarez, firmó ayer un convenio de colaboración con el alcalde de Siero, Eduardo Martínez Llosa, por el que el municipio cede al colectivo de comerciantes un local en la calle Cónsul para almacenar los tapones que han ido recogiendo desde que comenzó la campaña.

Cada comercio tiene a su disposición una caja, donada por Cartonajes Vir, en la que los vecinos pueden ir depositando tapones de plástico de todo tipo: de botellas de agua, de tubos de pasta de dientes, de frascos de plástico de todo tipo. La presidenta de la asociación quiso hacer hincapié en el hecho de que pueden disponer de la caja y participar en la campaña todos los comercios de Pola de Siero que lo deseen, independientemente de que sean socios o no de Comercio Local.

Asimismo, señaló que están en conversaciones con una empresa de Valladolid para que acceda a donarles tapones defectuosos.

Para sacar dinero con la campaña se necesita mucho volumen de material, ya que cada tonelada de tapones se está pagando entre los 250 y los 300 euros. La asociación está buscando, también, la forma de conseguir empresas que transporten gratis la mercancía para que la campaña sea más eficaz y contribuya con la mayor cantidad posible de dinero. La investigación sobre el síndrome de Rett está muy avanzada y ya ha habido algunos logros para atajarla, pero todavía queda camino por recorrer.

Al tratarse de una enfermedad «rara», esto es, que la padecen muy pocas personas (una de cada cien mil niñas), la investigación depende de ayudas y patrocinios, y ante la situación de crisis la investigación se está sustentando en el trabajo de los padres de las niñas como Julia y en las campañas de solidaridad a las que se han sumado miles de personas. Es el caso de la de Pola de Siero, que ya cuenta con un volumen considerable de tapones que habrá de transformar en salud y bienestar.