Peñaullán (Pravia),

Sara ARIAS

La familia García de Peñaullán ya no sabe a dónde acudir para resolver la situación de su finca. Solicita que una de las entradas al terreno, pegada al centro social de Peñaullán, deje de ser bloqueada por los coches de los vecinos que acuden al punto de reunión vecinal. Pero eso no es todo. Asegura que en 1979, cuando su padre adquirió la propiedad, la finca se escrituró en 4.300 metros cuadrados, una superficie que en 2007 se había reducido a 4.097 metros.

Además, denuncian que la construcción del centro social es ilegal. Según la normativa urbanística, la edificación debe estar a tres metros de la colindante, cuando el alero de la edificación está pegado a la pared de piedra que marca el límite de la finca.

La familia explica que «solo queremos saber dónde están los metros que faltan y que no aparquen en nuestra entrada».