La crisis ha abierto el debate de la organización territorial y parece que esta vez se ha puesto de forma seria encima de la mesa la posibilidad de fusionar ayuntamientos. Nadie en la calle niega la posibilidad de que tanta administración local sea un dispendio. Se plantean distintos modelos, desde la agrupación entorno a un gran municipio hasta la fusión pura y dura de concejos limítrofes en un sólo ayuntamiento. Al tiempo, Carreño y Gozón liquidan la Mancomunidad del Cabo Peñas, una institución supramunicipal que nació con la vocación de evitar duplicar servicios en concejos vecinos. Habría que pensar si en realidad lo que sobra no es la Mancomunidad sino los ayuntamientos de Carreño y de Gozón y concentrar la administración en un único ente que ya tiene 20 años de andadura y que en muchas ocasiones se ha demostrado valioso y efectivo. En el entorno del Cabo Peñas ya funciona lo que ahora se plantea, una administración superior. Ya sé que no es un gran ayuntamiento, pero podría llegar a serlo.