Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Carreño y Gozón siguen a vueltas con el futuro de la Mancomunidad del Cabo Peñas, que debido a la crisis parece abocada a su desaparición. Eso sí, ambos ayuntamientos siguen manteniendo una postura dispar. Mientras Gozón, el municipio con menor presupuesto, apuesta por poner fin a la relación institucional, Carreño quiere mantenerla, e incluso habla de asumir los costes totales.

El último capítulo lo escriben desde Gozón, donde ayer aseguraban que la defunción de la Mancomunidad ya tiene fecha: antes del 31 de diciembre próximo. En esos dos meses, asegura el gobierno del Partido Popular al norte del río Pielgo, se planteará la disolución, primero en el pleno de Gozón y, después, en el seno del ente comarcal.

La intención del gobierno gozoniego es establecer un nuevo acuerdo con Carreño y mantener ciertos servicios como el de medicina deportiva y la piscina mancomunada de Antromero.

Para conseguir la disolución del ente supramunicipal, el PP necesita recabar, al menos, dos votos para sacar adelante una propuesta que ya ha consensuado con sus compañeros de partido de Carreño para alcanzar la mayoría absoluta. De lo contrario, una abstención de los socialistas o de IU, caso improbable, valdría también para que la disolución de la Mancomunidad del Cabo Peñas se aprobara. La última palabra la tiene Foro Asturias de Gozón. En sus dos concejales está la clave para conocer si los representantes de los gozoniegos quieren seguir o no compartiendo el órgano comarcal con el concejo vecino.

En los últimos meses, sin embargo, la postura de Foro ha ido variando entre el sí y el no a la disolución, y desde hace semanas se guarda silencio. El gobierno de Carreño, en manos del PSOE, se ha pronunciado con respecto a la disolución de la Mancomunidad del Cabo de Peñas planteada por el Partido Popular, tanto de Carreño como de Gozón, asumiendo que se trata de una decisión unilateral sin solución. Eso sí, los socialistas de Carreño quisieron despejar el futuro de los servicios que presta el ente supramunicipal, asegurando que pueden ser asumidos en solitario por el concejo al sur del río Pielgo, de cara a los vecinos de Carreño.

La disolución, eso sí, se llevará a cabo de forma ordenada, cumpliendo escrupulosamente los estatutos del órgano, que exigen no solo la mayoría del pleno de Gozón para efectuar la ruptura, sino también de la Junta de la Mancomunidad. Una vez sea aprobada en Gozón, se convocará una Junta del órgano comarcal con la finalidad de reafirmar la disolución ya con los concejales de Carreño. Y, si bien no existe una mayoría conservadora en ese pleno, todo apunta, según revelaron fuentes populares, a que no exista oposición una vez el pleno de Gozón ya haya subrayado su firme posición de abandonar el ente.

Una vez aprobado en la Mancomunidad el acuerdo de disolución, y según reza en los estatutos, quedará constituida una comisión liquidadora.