Lugones (Siero),

Franco TORRE

En el acceso al parque de La Acebera de Lugones, por la zona de El Resbalón, se localizan las llamativas ruinas de un complejo industrial: es la finca conocida como «Tiru Cañón», la antigua zona de pruebas de la pólvora que se elaboraba en la desaparecida fábrica de explosivos de Santa Bárbara. Una parcela con más 4.000 metros cuadrados de edificabilidad residencial que durante más de un lustro ha estado esperando por una promoción de viviendas protegidas que, finalmente, parece que se edificarán en 2013.

En la mañana de ayer, el Alcalde de Siero, Eduardo Martínez Llosa, firmó un convenio con Viviendas del Principado de Asturias, S. A. (Vipasa) por el cual el consistorio sierense renuncia a su derecho de reversión de los terrenos. Un acuerdo que propiciará que, a lo largo del año que ahora comienza, se construyan en esta parcela las 71 viviendas públicas destinadas a alquiler.

El proyecto inicial, elaborado y aprobado en 2006, preveía destinar todas las viviendas a la venta, reservando un importante porcentaje de los inmuebles para rentas bajas. Pero aquella iniciativa, que contaba con un presupuesto de un millón de euros y un plazo de ejecución marcado por su inclusión en los planes de viviendas estatal y regional que culminaban en 2008, no llegó a fructificar.

Aún hoy, en el mismo acceso a la parcela, se conserva un cartel de grandes dimensiones anunciando el desarrollo urbanístico, promocionado con un lema acuñado por la Consejería de Vivienda y Bienestar Social para su plan de viviendas 2006-2008: «Tu casa está en nuestro planes». Pero la crisis, entre muchas otras cosas, también cambió los planes en lo tocante a la vivienda protegida.

Pese a que el acuerdo inicial con el Ministerio de Vivienda obligaba a tener concluida esta promoción de viviendas en 2009, durante ese trienio ni siquiera comenzaron las obras. Ya en el mayo de 2010, la Consejería de Vivienda y Bienestar Social acusó al Ayuntamiento de Siero de ser el responsable de la parálisis en las obras. En concreto, la consejería señaló que se habían presentado los informes preceptivos para iniciar las obras, pero que el consistorio sierense, que debía dar el visto bueno, no se había pronunciado. Por su parte, desde el Ayuntamiento, gobernado en ese momento por el popular José Antonio Noval, se derivaban responsabilidades hacia la Consejería de Infraestructuras, que tenía pendiente el proyecto de saneamientos y el acceso desde la carretera SI-1, requisitos previos indispensables para el inicio de las obras. Sea como fuere, lo cierto es que la promoción nunca se llegó a iniciar, y ninguna de las partes había mostrado hasta la fecha interés, al menos públicamente, para recuperar un proyecto que precisaba de una importante inversión.

Ahora, tanto Vipasa como el consistorio parecen más proclives a facilitar acuerdos que desbloqueen la situación. Cuando se van a cumplir siete años desde que se presentó el proyecto, parece que por fin el tiro del cañón va a dar en la diana.

El Tiru Cañón era la zona de pruebas de la pólvora para usos militares que se elaboraba en la fábrica de Santa Bárbara. Esta factoría, que cambió para siempre la localidad de Lugones, fue fundada en 1880 por José Tartiere Lenegre, y se mantuvo en funcionamiento hasta 1978. Arriba, una fotografía del acceso a Tiru Cañón tomada hacia 1903, obra de Ruiz y García, en la que se aprecia, justo detrás de la puerta, la presencia de uno de esos cañones que dieron nombre a este campo de pruebas, informa F. TORRE.