No pudo ser más acertada la decisión que tomó la Asociación de Vecinos de La Fresneda de celebrar y recordar la obra de don Alfonso Camín Meana, nombrado hijo predilecto y poeta de Asturias en 1981, con motivo de los treinta años de su fallecimiento y cumplirse los 100 años de la publicación de su primer libro, «Las adelfas» (1913, fecha de su nacimiento como poeta).

Ahora que se vuelve a hablar de poesía, ahora que la vida toma un ritmo más lento, ahora que la miseria nos hace más humanos y nos señala prioridades, se empieza a recuperar el papel de la poesía y su importancia -en un tiempo no muy lejano, (años cincuenta), quiso ser arma de combate para transformar el mundo y desde siempre creadora de belleza y agitadora de conciencias- y de ello fuimos testigos los asistentes a este homenaje que la compañía «La Caravana del Verso» ha dedicado a don Alfonso Camín Meana. Creo testimoniar el sentir general si afirmo que hemos asistido a uno de esos espectáculos de nivel que quedarán archivados en nuestra memoria, pues no es frecuente contemplar y escuchar unas recitaciones como las efectuadas por Dani Coto, Cristina Rudolph y su director, Joaquín de la Buelga.

No es fácil adaptar la poesía a la música, convertir el verso en canción y que ésta guste, tanto por su contenido como por la calidad interpretativa. Este milagro lo logra Rafa Lorenzo.

No es fácil convertir en palabras el deleite que produce la conjunción de poesía, música y danza gracias a la soberbia actuación de la coreógrafa y bailarina Sandra Risueño, que asombró al público con varias interpretaciones, entre ellas la conocida «Macorina», poema de Camín popularizado por Chavela Vargas.

Pero si esto es mucho, todavía me queda citar el acierto de las breves y precisas aclaraciones efectuadas por don Albino Suárez, amigo y biógrafo de Camín, con la sana intención de que todos tuviéramos más consciencia de la importante obra de Camín, uno de los discípulos más aventajados de Rubén Darío, iniciador de la importante poesía afrocubana. Poeta que en gran parte de su obra asocia la importancia de la imagen, de la forma, con el testimonio humano. Así, sirvan como prueba expresiones oídas ayer, que parecen una premonición de los tiempos que vivimos, como «El siglo de la mentira», «Más que pueblo, rebaño», «Lo dramático es todo, lo político no es nada», «Nunca he visto hombres más honorables dignos de galeras y cadalso»? o versos donde la belleza, la imagen, el ingenio, el juego de palabras, tienen su papel; así la poesía «Tomillo» con su «boca de clavel bermejo // mejillas de nieve y rosa?» o ese fragmento final del texto «Cara a cara», que dice: «Estoy con la tormenta en mi elemento // me valgo de mis propios vendavales. // Me sobran ramas y las doy al viento».

Desde finales de enero, concretamente el 25, y gracias a vosotros, Asociación de Vecinos de La Fresneda y «Caravana del Verso», Alfonso Camín es algo más que el nombre de una calle, de un colegio, un recuerdo? Es un poeta , un artesano de la palabra, quizá muy prolífico -123 libros-, pero en el que se encuentran poemas que deben ser patrimonio de todos nosotros, los asturianos. ¡Busquémoslos y leámoslos! Es el mejor homenaje que se le puede hacer a un poeta.