Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

«Los oricios se comen dos meses al año, ¿cuándo esperaban en Bañugues que fuéramos a celebrar unas jornadas sobre ese plato?», se pregunta Rafael Solís, de la Asociación de Hostelería de Carreño. No ha sentado bien esa especie de «boicot» que quieren hacer los bañugueros al Festival de la sardina, pero no por la competencia, que creen que no existe, sino por ser una reacción a la decisión de hosteleros y organizadores de los festejos en Carreño de hacer coincidir las segundas jornadas del oricio con el popular festival que se celebra en Bañugues (Gozón) un fin de semana de febrero.

En la parroquia gozoniega dicen que el próximo día 1 de agosto, San Félix, celebrarán una sardinada para «chinchar» a los de Candás y hacer competencia al certamen gastronómico local. Pagan así con la misma moneda, entienden ellos. Por estos planes ni se inmutan al sur del río Pielgo. «No queremos ningún tipo de rivalidad con Gozón, porque estamos hermanados, pero para nosotros no tiene importancia que celebren esa sardinada el 1 de agosto», explica Solís, para quién «la sardina de Candás es un festival de interés turístico regional, la cita gastronómica más antigua de Asturias, y, como es lógico, no nos preocupa que se vaya a hacer ninguna otra sardinada en cualquier otro lugar, porque todos los asturianos ya saben dónde se comen sardinas el primero de agosto».

Y se atreve a aventurar que un festival en esas fechas en un lugar que no sea Candás «fracasará, muy posiblemente». Asegura que no ha habido competencia con el oricio de Bañugues cuando Candás ha situado en su calendario de jornadas gastronómicas sobre el molusco en pleno mes de febrero. «El oricio se ha hecho en febrero porque es la temporada para ello, como ya se hizo el pasado año, y además nuestras jornadas no tienen nada que ver con el festival de Gozón, donde hay una carpa. Nuestra oferta se circunscribe solamente a los restaurantes», apostilla Solís. Es más, asegura que en la Asociación de Hostelería «ni nos dimos cuenta de que coincidían las fechas con el festival del oricio de Bañugues cuando lo programamos, a finales de 2012».

Todo responde a una cuestión de precio y disponibilidad. «En febrero el oricio está más barato, porque hay más, y no lo vamos a dejar escapar», dice Solís. Lo mismo opina el encargado de organizar los festejos en la villa, José Manuel Muñiz, para quién la tentativa bañuguera de celebrar una sardinada en agosto es un «pataleo tonto».

«Ahora resulta que no vamos a poder celebrar unas jornadas gastronómicas de un producto que tiene veda, y que está disponible un par de meses al año, en sus mejores condiciones», se queja Muñiz, que además apunta que la de Candás no puede ser considerada «competencia desleal» con respecto a Bañugues, porque «entre otras cosas, también los restaurantes y bares de Luanco lo habrían hecho entonces, o es que alguien imagina un bar allí que en febrero no ofrezca una docena de oricios y una botella de sidra a buen precio...».

El organizador del programa festivo y gastronómico carreñense recuerda que durante el año ofrecen otros certámenes -del bugre, el bonito, el pincho de diseño, la tapa, el pulpo, la caldereta, o el marisco-. «Tenemos en cuenta la época más apropiada», sentenció Muñiz.