El Remedio (Nava),

Mariola MENÉNDEZ

La iglesia de El Remedio (Nava) celebra 400 años de su construcción. Para conmemorar el cuarto centenario de este santuario mariano, el estudioso de la historia local Saúl Torga ofrecerá esta tarde, a las ocho, una conferencia en el templo. «Quiero dar una justificación de la fama milagrera de la Virgen bansándome en datos prehistóricos y en la idolatría», apunta. Además, el domingo, a las seis de la tarde, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, presidirá una misa. El colofón será un pincheo popular en el cabildo.

El párroco, Eduardo Solís, explica que la obra de la iglesia finalizó en 1613 y fue auspiciada por el entonces arcipreste de Nava, Bartolomé Álvarez de Grado, quien se encomendó a la Virgen -que por aquel tiempo estaba en la capilla del Texu- para que le curara una enfermedad renal. Como promesa, ordenó construir el santuario. En un antiguo manuscrito consta que en 1596 ya se estaban abordando las obras.

Torga explica que una de las peculiaridades de este templo es que se inició con una portada clasicista y se remató con elementos góticos, pues parte de la crucería es de este estilo. Solís añade que esta fachada es uno de los elementos más destacados de la arquitectura naveta. Se considera una «ruralización de la iglesia de la Corte, de Oviedo», apuntan ambos, ya que la del Remedio es una versión más sencilla, aunque sigue el mismo estilo de la ovetense.

Saúl Torga indica que la fama milagrera de la Virgen «llegó a la corte», pues el rey Felipe III le pidió al obispo de entonces información sobre estos hechos inexplicables. El experto naveto señala que uno de ellos fue el de una mujer de Reanes (Lieres) que cuando regresaba a su casa se encontró que ésta estaba ardiendo. Le pidió a la Virgen por su hijo, que estaba dentro, y cuentan que éste salió ileso. El párroco también comenta que cuando estaba a punto de sufrir un accidente, el maquinista del tren clamó: «Virgen, sálvanos», y no hubo heridos. Muchas personas son las que han pasado por el santuario para pedir que intercediera por su salud, aunque después de la Guerra Civil el peregrinaje decayó.

Según Torga, la mencionada capilla estaba bajo la advocación de Santa María del Texu y su cristianización la convirtió en la Virgen de Los Remedios, «porque la gente buscaba remedios en ella, de ahí la toponimia», justifica el párroco. Se convirtió en el primer santuario naveto. Por aquel entonces era vicaría de San Bartolomé de Nava hasta que ambos pasaron a depender de San Pelayo (Oviedo). La del Remedio logró ser constituída en parroquia independiente.