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Villaviciosa y Comarca de la Sidra

Tazones deja el euro e implanta los "mariñanes"

Los escolares de Les Mariñes vendieron e intercambiaron las manualidades hechas en el curso y recaudaron fondos para Cruz Roja

Diego Balbín y Javier Saldaña, en el trueque. m.m.

Los escolares del colegio rural Agrupado (CRA) de Les Mariñes (Villaviciosa) han vuelto a demostrar su espíritu emprendedor en el "Mercaín Mariñán" que ayer montaron en el puerto de Tazones. Lucía Novel y Luna Abad, de Quintes, atendieron su puesto junto con otros compañeros, en el que vendieron originales y coloridas libretas y carpetas decoradas con gomaeva. También ofrecieron pequeñas macetas, regaderas, portarretratos y botellas de cristal. Los precios, económicos, entre 2,5 y 3,5 euros. Las dos crías explicaron que han podido realizar estos artículos gracias a la ayuda de sus profesores.

Las manualidades que ayer vendieron los colegiales las han venido realizando durante el curso. Es una actividad de las cooperativas escolares, en la que se organizan para lograr ingresos comercializando productos que ellos mismos elaboran para invertirlos en sus aulas. La directora del colegio, Elena Arango, explica que estos mercados, ya consolidados, son importantes por varios motivos. Enumera los tres fundamentales: "Colabora y se implica toda la comunidad educativa: profesores, padres y alumnos. Segundo, trabajamos el espíritu emprendedor en la escuela y tercero, también hay un fin solidario".

Ese fin solidario que mencionó Arango es el de la rifa que organizaron para donar la recaudación a la asamblea de Cruz Roja en Villaviciosa. Cada puesto donó un objeto a la cesta que se sorteó. En total, fueron 22 puestos de las cooperativas escolares, artesanos locales y de familias los que participaron en este concurrido y exitoso mercado con periodicidad anual.

Otro de los stands de éxito fue el del trueque. Cada niño que aportó juguetes recibió un número determinado de "mariñanes" -una moneda propia creada para este fin- en función del valor de los artículos valorados. Ese "dinero" sirvió para después canjearlo por otros objetos. Javier Saldaña demostró ser generoso. Por un juego de fútbol y un puzzle de Spiderman obtuvo 8 "mariñanes", que gastó en una gorra para su amigo Diego Balbín y un triciclo para su hermano pequeño, Pablo, que le costó 5 "mariñanes". Como aún le sobraba, se hizo con un sonajero, también para su hermano, y una hucha para él. Los tres estaban satisfechos con las compras.

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