"Es como si cogieras lo que hay en una casa y lo tiraras al río". Así explica toda la basura que se encuentra el maliayés Heber Arenas en su altruista labor de limpieza de los cauces del Valdediós y del Linares, en Villaviciosa. Ya lleva en total cuatro kilómetros desde que empezara el 1 de septiembre, aunque pretende llegar a los seis.

Heber Arenas describe que ha retirado de las aguas y orillas de todo, "hasta barriles de petróleo", uno de ellos con parte del carburante aún en el interior. La lista la engrosan una pantalla de ordenador, ruedas de tractor de dos metros de diámetro, cepillos de dientes, váteres? "Como si tiramos una casa entera al río", resume. Los desperdicios más habituales este año están siendo los neumáticos de camión, de los que ya ha retirado unos 40, y cientos de plásticos de los que se utilizan para ensilar. La ropa es otro de los residuos habituales. Lamenta que haya quien siga teniendo la mentalidad de que el río es un vertedero. La mayoría de esta basura lleva tiempo en el río. Heber Arenas explica que la porquería más reciente suele ser latas de bebidas, botellas de whisky, bolsas de patatas fritas? y aparecen en las zonas próximas a los paseos fluviales.

Este maliayés es pescador y fue su afición la que le llevó a descubrir las ingentes cantidades de basura que acumulan los cauces, por lo que decidió hace cuatro años ponerse él mismo manos a la obra para sanear los de Villaviciosa. Explica que los residuos de aceite y sustancias químicas son perjudiciales porque "afectan mucho a los alevines y a las huevas, ya que inhiben el embrión". Además, la porquería, al tapar los fondos del río, mata a muchos insectos, que constituyen el 90% de la alimentación de las truchas pequeñas y medianas. También impide que se reproduzcan porque es en el lecho en donde igualmente colocan los huevos.

Heber Arenas suele emplearse en esta tarea unos tres días a la semana durante alrededor de cuatro horas. Se enfunda en su vadeador de neopreno y botas de agua para ayudarse de una hoz de mango largo desafilada para coger la basura, guantes, una faja para no forzar la espalda y varias bolsas para cargar los residuos que se va encontrando. Le echan una mano sus amigos Ned Mossop y Santiago Cambiella. Esta semana continuó la limpieza en un tramo de Valdediós. En unos 20 minutos cargó en su bolsa restos de una vieja tubería, un ambientador de baño, cuerdas, plásticos, una botella de vino, una tabla de un mueble y ropa.