La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Carreño

Ambás arropa a su centenaria

"No hay secreto para llegar al siglo", asegura Pilar Fernández, que sopla cien velas con su familia y triste por su falta de agilidad

A la izquierda, Pilar Fernández, ayer con la tarta de cumpleaños y rodeada por su familia: Ana Álvarez, Marco Menéndez, Lidia Menéndez, Alba Menéndez, Victoria García, Pilar Rodiles, Alfonso García, Flori García y Luis Álvarez. A la derecha, la abuela centenaria paseando por la huerta de su casa. MARA VILLAMUZA

Pilar Fernández asegura que no tiene el cuerpo para celebraciones, pero ayer su familia no dudó en reunirse en su casa de Ambás (Carreño) para festejar su centenario. Una ocasión como esa, dicen, no se la podían perder. "Estamos los de siempre, los de casa, pero el domingo que viene la fiesta será mayor", explica su hija Pilar Rodiles, feliz de ver a su madre soplando las velas de la tarta. Mañana, la protagonista tendrá que repetir la misma operación, ya que fue un 20 de abril de 1915 el día que llegó a este mundo.

-¿Cómo está Pilar?

-Pues mal. Si por mi fuese haría ahora cualquier cosa, pero me mareo cada poco y me duelen los huesos. Además, caí hace poco y tengo mal la pierna... Pero bueno, no se me quitan las ganas de hablar; ya ve que soy una cotorra.

Pese a los dolores, esta mujer, residente en Carreño, pero natural de Tineo, no pierde nunca la sonrisa y asegura ser optimista. No obstante, no poder ya desplazarse con agilidad por su finca de El Montico le atormenta. Es una enamorada del campo y hace escasos años andaba de un lado a otro de la huerta. Los mareos se lo impiden ahora y tiene que conformarse con ver sentada en una silla de la terraza cómo su hija Pilar Rodiles y su yerno Alfonso García plantan lechugas, tomates y berzas en la tierra.

A cambio Fernández tiene a sus seres queridos, "lo más importante", a su lado. "No pido más", apunta. O sí... "Que los jóvenes tengan un futuro", agrega, en referencia a sus nietos. Y es que la abuela centenaria de Carreño conserva una cabeza de oro y sabe bien lo que se cuece en el país. Sigue en la medida de los posible las noticias, aunque lo que de verdad le importa está en Ambás. "Mi hija es lo más grande. Cuando se va de casa, lo paso mal. Y lo que más me duele es tener que darle trabajo", afirma. Sin embargo, Pilar Rodiles opina todo lo contrario. Para ella, ver a su madre sentada ante una tarta con el número cien, es un regalo. "Ya fue importante para nosotros cuando llegó a los noventa, así que ahora que ha llegado al centenar...", expresa Rodiles.

A la abuela de Carreño, lo de cumplir años le viene de familia. Cuenta que de diez hermanos, aún viven tres mujeres, y una de ellas ya tiene los 101 años. ¿El secreto? "No lo hay", concluye.

Compartir el artículo

stats