Una residencia de mayores de Lugones ha prohibido al párroco de la localidad, Joaquín Serrano, volver a dar misas en sus instalaciones en disconformidad por un artículo de opinión sobre la atención a las personas mayores y la calidad de las residencias geriátricas.
El artículo, titulado "Residencias geriátricas y calidad de vida", salió publicado en el porfolio de las fiestas del Carbayu, que se celebraron entre el 30 de julio y el 4 de agosto. El párroco, que oficia misa en otras tres residencias de Lugones y su entorno, no hacía alusión a ningún establecimiento determinado en su texto, y asegura que tampoco pensaba en las condiciones de este establecimiento en particular cuando lo escribió.
"Soy un cura que anda por la calle, tengo ojos y oídos. No soy un agente profano. En el artículo lo único que digo es que no todas las residencias de ancianos son iguales en el trato, ni en el precio, ni en la atención. Pero no quería molestar a nadie. Ahora bien, si ellos se dan por aludidos, sus motivos tendrán", asegura el sacerdote.
Aunque el párroco transmitió estas mismas explicaciones a la dirección del geriátrico, desde la cual le instaron a llamarles a través de una religiosa, asegura que apenas logró por respuesta una reprimenda y la prohibición de oficiar las misas. "Después de la reprimenda, en la que aguanté incluso insolencias, les pregunté si celebrábamos la misa y me dijeron que preferían que no. Les importa un comino dejar sin misa a los ancianos para represaliarme a raíz de un artículo de opinión", sostiene Serrano, que hasta la fecha oficiaba esas misas una vez al mes, sin recibir ningún tipo de contraprestación por ello.
"Me prohíben ir a dar misa, no es que yo no quiera ir, eso quiero que lo sepan los ancianos y sus familiares. Yo no hice alusión a esa residencia ni a ninguna otra en concreta, pero ellos se sintieron molestos y aludidos. Lo lamento, pero entiendo que hablo de mi experiencia pastoral", sostiene el sacerdote.
