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"Hay salida laboral en el sector", afirman los productores sierenses de frutos rojos

La asociación radicada en Valdesoto, que ya suma once miembros de toda Asturias, reclama al Principado un apoyo más acorde a sus necesidades

José Antonio Monjardín, en Lieres. MANUEL NOVAL MORO

"Hay salida laboral en el sector; para alguien que no tenga empleo, es una oportunidad magnífica". Así de rotundo se expresa respecto del cultivo de pequeños frutos José Antonio Monjardín, miembro de la Asociación de Productores de Frutos Rojos de Asturias, radicada en Valdesoto. Monjardín tiene en Lieres una finca en la que planta arándanos, frambuesas y fresas.

La asociación está formada por productores de fresas, arándanos, grosella y frambuesa de Siero, Salas, Villaviciosa, Llanera, Grado y Mieres. Es, según Monjardín, un sector que está en auge, apenas sin explotar, y que podría ir mejor si hubiera más productores, ya que la distribución y la venta serían más rentables con más volumen de frutos.

Respecto de la rentabilidad de las explotaciones, Monjardín señala que "plantando arándanos, con cerca de dos hectáreas valdría para salir adelante, y de frambuesa, con unos 5.000 metros cuadrados también daría para vivir".

En cuanto a las fresas, depende de cómo se cultiven. Si el cultivo es hidropónico, esto es, que no se cultiva directamente sobre la tierra sino utilizando un sistema con base de coco que nutre las plantas y que lleva riego incorporado, el aprovechamiento del suelo es mucho mayor.

Un ejemplo de este tipo de cultivao es el de otra sierense, Mercedes García, que tiene 14.000 plantas de fresa en 800 metros cuadrados en la parroquia de Muñó, equivalentes a plantar en el suelo unos 4.000 metros cuadrados. El problema de estas instalaciones es la inversión inicial, que es muy costosa. "Al principio hay que poner bastante dinero; en mi caso me ayudaron con una subvención del Principado. Lo complicado son los dos primeros años, hasta que amortizas la instalación", explica. Los pequeños frutos tienen buena salida al exterior. "Sin embargo, aquí se venden poco; yo llevé fresas buenas a la plaza el martes a la Pola y la gente no las compra, no sé por qué, ya que son de muy alta calidad", asegura.

Por su parte, Mojardín critica el hecho de que las subvenciones están descontroladas "porque te las conceden tarde y, encima, te exigen que el segundo año des una renta de 9.000 euros, cuando los arándanos comienzan a rendir el tercer año", expone.

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