Carmen Cañedo afronta su segundo curso como directora del instituto de Candás. Licenciada en Filología Anglo-germánica en la Universidad de Oviedo y en Lengua y Literatura Española en la UNED, lleva dando clases de Inglés desde que tenía 16 años. En Candás es toda una institución, ya que lleva en el centro desde 1991.
-¿Cómo funciona el programa bilingüe del centro?
-Nos adscribimos al programa en sus comienzos, hace 10 años, y la experiencia siempre ha sido muy positiva. No sabemos qué ocurrirá de ahora en adelante porque desde hace dos años se están eliminando las horas extras de inglés que había en el programa y que, yo creo, eran realmente las que marcaban una diferencia.
-El curso pasado se celebró el cincuentenario del instituto. ¿Qué ha cambiado en este tiempo?
-No creo que este instituto se parezca en nada al de los comienzos en cuanto a medios, instalaciones, etc. Intentamos durante el pasado curso que los alumnos actuales supieran valorar lo que tienen y también dar las gracias a algunas de las personas que durante estos 50 años trabajaron aquí.
-Uno de los grandes problemas hoy en día en los institutos son las nuevas tecnologías. ¿Han tenido algún problema relacionado con la subida de algún vídeo a la red sin autorización?
-Es un problema terrible porque cada vez son los alumnos más jóvenes los que se meten en líos por desconocimiento. No deberíamos poner en manos de niños de 12 años un instrumento con el que pueden hacer mucho daño y llegar, incluso, a delinquir. Sí, tuvimos casos de difusión de fotos de menores y actuamos con contundencia. Tuvimos que adaptar nuestras normas para que contemplaran estos casos y el castigo llegó a la expulsión del centro durante varios días.
-¿Y casos de "bulling" (acoso)? ¿Por qué cree que ocurren?
-Es un problema de cada día. Siempre hubo y habrá abusones. Lo bueno de nuestro centro es que por su tamaño reducido es muy difícil que pasen desapercibidos este tipo de casos. Intentamos estar muy pendientes.
-¿Por qué es tan difícil que los centros tengan un profesorado estable?
-Candás cuenta con un alto porcentaje de profesores definitivos, pero cada curso hay un número de profesores que, bien por ser interinos o por no tener aún destino definitivo, van trabajando por distintos centros. Sin olvidarnos del alto número de jubilaciones de los últimos años.
-¿Tienen los directores escaso poder sobre el profesorado?
-Creo que sí, pero como directora estoy más interesada en que haya respeto entre todos para evitar tener que ejercer el poder.
-¿Cómo se evalúa la actividad del profesorado que imparte docencia en Candás?
-La Consejería ha elaborado unos ítems que los directores tenemos que cumplimentar. No creo que esta sea la mejor forma de evaluarnos, pero es la que hay.
-¿Por qué la profesión docente ha perdido prestigio social?
-El concepto de prestigio social ha cambiado tanto que no sé si la idea que hoy en día existe me gustaría para el profesorado.
-¿Se implican los padres en la tarea formativa?
-Hay un porcentaje elevado de padres preocupados por la formación de sus hijos que ayudan a desarrollar nuestra tarea. Y, por desgracia, los hay también que no se preocupan.
-¿Se tienen en cuenta la opinión de los padres en los colegios?
-Creo que siempre se deben aceptar las aportaciones de cualquier miembro de la comunidad educativa, el problema es cuando se convierten en injerencias.
-¿Sirve la selectividad para elegir a los más preparados?
-La PAU la aprueban más del 95% de los estudiantes que se presentan, por lo que creo que sólo sirve para confirmar los resultados de los institutos.
-¿Cree que los cambios realizados desde los gobiernos han bajado el nivel de la educación?
-¿Qué cambios? Llevamos décadas buscando rumbo. Y, sí, creo que el nivel de conocimientos y exigencia ha bajado.
-Si pudiera crear un programa educativo propio, ¿cuál sería?
-Uno de los mayores problemas al que nos enfrentamos hoy en día es la falta de soluciones para aquellos que no quieren estar en el instituto hasta los 16 años. Ya se sabe que enseñar al que no quiere? Deberían existir más salidas para estos alumnos porque mantenerlos en el sistema contra su voluntad no es una solución, es una crueldad para ellos, para los compañeros que sí quieren estudiar y para el profesorado.
