El filólogo Xosé Lluis García Arias aseguró ayer, en una charla organizada por el Ayuntamiento de Siero en la Casa de Cultura de Lugones y en respuesta a una pregunta del alcalde, Ángel García, que "lingüísticamente hablando, el nombre de Lugones es anterior al de la Pola".

El catedrático emérito de Lengua Española aclaró que el origen del nombre de Lugones es prerrománico, concretamente de los Llugones, una tribu presumiblemente astur, mientras que el nombre de la Pola proviene de la Edad Media, cuando se le concedió ese nombre a la villa por una decisión estrictamente administrativa.

Este experto en toponimia dedicó la primera parte de su exposición a señalar los límites del conocido como País Astur, Asturia o País de los Asturias, una superficie de más de 20.000 kilómetros cuadrados que en tiempos anteriores a los romanas ocupaba los territorios de Asturias, buena parte de León y Zamora, otros territorios de Castilla y León y puntos de Galicia y Portugal como Miranda de Douro. "La similitudes en los nombres de distintas localidades hace pensar que había nexos entre estos territorios", declaró.

Asimismo, señaló que los llugones eran una tribu que bien podrían ser astures o si no muy próximos, y destacó que a diferencia de otras localidades, Lugones haya conservado de manera tan fidedigna su toponimia después de tanto tiempo. "Pocos pueblos tienen hoy en día un nombre con tanto pedigrí", explicó al mismo tiempo que señaló que concejos como Piloña conservan mucho mejor sus topónimos originales que otros como Siero, dónde posiblemente la industralización y otros factores los hicieron desaparecer.

Por otro lado, enumeró varias palabras que tienen en común el asturiano y los celtas y planteó la posibilidad de que Lugo de Llanera fuese un lugar de peregrinación para los habitantes de Lugones en la época prerromana.

"Hay indicios de que el nombre de Lugo de Llanera provenga de Lugus, un dios celta y fuese el Lugus de los astures, el principal santuario de peregrinación de los Llugones", señaló.

También defendió la necesidad de mantener la toponimia en su denominación original por la aportación que esta puede tener para conocer el pasado de nuestros territorios. "Si vienes de Oviedo a Lugones, te encuentras Paredes (muros), La Torre y El Cuetu (colina), por lo que todo apunta a que aquí hay gato encerrado", comentó, dando a entender de que esos lugares podrían dar lugar a hallazgos si se hicieran excavaciones.

Además, puso como ejemplo de pérdida de la toponimia el caso de La Fresneda. García Arias -que fue presentado por el historiador y periodista Christian Franco, corresponsal de LA NUEVA ESPAÑA en Siero- recordó que su nombre proviene de Güelga y era conocido como La Belga, que significa camino que se abre entre la maleza, pero en su día cambiaron el nombre. "Querían hasta llamarlo el Picu del Gatu, así que sobran las palabras", espetó como una clara crítica a cambios que a su entender reflejan "el problema de entidad colectiva" por el que Asturias "va camino de ser el culo de Europa".