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Jurado: "Sor Puy dejó una huella imborrable en los que la conocimos"

Sor Puy. REPRODUCCIÓN DE M.M.

"Si alguien merece tener un monumento para agradecer y reconocer su labor, esa es sor Puy". Lo asegura el maliayés Juan Jurado, quien propuso al gobierno local que realizara un homenaje a esta religiosa que "fue la enfermera de la Villa durante veinte años". El domingo descubrirán en su memoria una placa de bronce fundido, en la que figura la silueta de su rostro, que estará colocada sobre un monolito junto a las inmediaciones de la actual residencia de ancianos Nuestra Señora del Portal, donde durante años desarrolló una ingente labor asistencial. Es a las 13,15 horas.

"Dejó una huella imborrable en toda la gente que la conocimos", argumenta Jurado. Fue una persona muy querida en Villaviciosa y como muestra de su gratitud en 1973 la nombraron Hija Adoptiva. Su carisma era tal que en Pravia hicieron lo mismo años después.

Antonia Salvatierra Etayo, sor Puy, era natural de Lodosa, en Navarra, y llegó en 1948 a Villaviciosa para hacerse cargo, junto a otras tres religiosas, del entonces Hospital Municipal, que era asilo y casa de socorro, rememora Juan Jurado. "Fue la enfermera del pueblo durante 20 años y 24 horas. Eran otros tiempos de penurias y necesidades", destaca. Jurado la recuerda como "una de esas personas que es muy difícil encontrar en la vida". La define como una mujer "alegre, siempre con la sonrisa en la boca y dispuesta a ayudar a quien lo necesitase". Agrega que la religiosa trató de aplacar el hambre de muchas familias. Y además de tener una "gran capacidad de gestión", fue una mujer "muy carismática".

Esta religiosa franciscana tuvo una entrega absoluta al Hospital Municipal y un gran compromiso con sus pacientes en unos tiempos en los que los servicios sanitarios eran deficientes. Pero al margen de su labor como enfermera, dentro de sus posibilidades trataba de aliviar las penurias que sufrían muchas familias de Villaviciosa o visitaba y cuidaba enfermos en sus casas. Siempre estaba dispuesta para echar una mano a quien se la pidiera. Sor Puy falleció en 2013.

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