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Una enfermera moscona con mucho arte

Raquel López, de 26 años, logra el premio fin de carrera en la Universidad con un 9,3 de media: "Me motivaron muchos profesores"

Raquel López, en Grado. SARA ARIAS

Lo que comenzó como un disfrute personal sin límite de tiempo terminó con premio. La moscona Raquel López acaba de recibir el premio fin de grado de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo. Un 9,3 de nota de media que le ha servido para ser la mejor de su promoción. El pasado miércoles recogió el premio, una dotación económica y un grabado de Manuel Rivera donados por la Fundación Azcona. "Si algo me satisface es que valoren que inviertas tiempo en estudiar y trabajar, que se premie el esfuerzo; cuando haces algo que te apasiona terminas volcándote".

López, de 26 años, es diplomada en Enfermería y ahora tiene el grado en Historia del Arte, que inició al terminar la primera carrera y ver que las opciones laborales eran complicadas. Sin embargo, ha trabajado cubriendo vacaciones y bajas siempre que la requirió el SESPA y así costeó sus estudios de arte.

El éxito de la joven moscona reside en su pasión por el arte: "Me motivaron muchos profesores, que me llevaron a volcarme en los estudios aún más". Arte es una carrera totalmente diferente a Enfermería, no sólo por la materia, sino porque en la segunda entró con el plan Bolonia. "Debes trabajar mucho más y ser autosuficiente, pero es como aprendes mejor y también ayuda de cara a hacer publicaciones", señala.

La joven es una defensora a ultranza de las Humanidades. Aunque considera que se le da un uso despectivo y generalmente como algo contrario a la ciencia: "Siempre enfrentan ambos conceptos y aunque las humanidades no son una ciencia exacta utilizan los principios del método clásico". Le gusta más referirse a ello como Ciencias Humanas y las estima imprescindibles para el desarrollo intelectual de los estudiantes. "Son tan necesarias como la Ciencia, explican de dónde venimos, los que somos y hacia dónde vamos y eso también engancha a querer saber cada vez más". De ahí que opine que la eliminación de la materia de Filosofía de las aulas de los institutos "es una vergüenza y un absurdo. Es necesaria y cercana a la ciencia; sin ir más lejos Descartes era matemático y filósofo". En su opinión, la Filosofía ha abierto en muchas ocasiones la puerta a la ciencia y señala a Jean Piaget y sus teorías como la prueba irrefutable.

Estudiar Historia del Arte también le permitió cumplir una de las espinitas que tenía clavadas desde que se formó como enfermera, hacer un Erasmus. Así, en el tercer año desarrolló sus estudios en Pisa (Italia), donde asegura que aprendió mucho sobre la vida. "No es veinticuatro horas de fiesta, lo más importante es la experiencia que adquieres, que te forma a muchos niveles desde el humano al cultural".

Del arte le gusta todo. Aunque si tiene que elegir se queda con el contemporáneo. "No despreciaría ningún estilo, ni si quiera las artes menores como el arte mueble o los tejidos, y eso me generó muchos comederos de cabeza porque tenía que decantarme por algo concreto para continuar los estudios", detalla. Una formación que ahora continúa en la Universidad Complutense de Madrid con el máster en estudios avanzados en Historia del Arte, con la especialidad de Contemporáneo.

Y ahora lo tiene claro, se quiere dedicar a ello. El próximo paso será iniciar un doctorado y su tesis para seguir investigando, su gran pasión. Y no descarta dedicarse a la docencia. Con un currículum brillante, la joven moscona recomienda a los próximos universitarios elegir una carrera que les guste, trabajar y esforzarse para, por encima de ganar un premio, aprender.

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