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El adivino de necesidades

Juan Ramón González lleva dos décadas al frente de un quiosco desde el que presume de su gran complicidad con los clientes

Juan Ramón González, ayer en su quiosco de Lugones. LUCAS BLANCO

"Es ver a la gente entrar por la puerta y ya sé que es lo que vienen a comprar". De esta manera tan representativa explica Juan Ramón González, dueño del quiosco de la calle Leopoldo Lugones -del mismo Lugones con el que comparte nombre-, su complicidad con los clientes que a diario lleva despachando desde que inició su actividad empresarial hace ahora unos 20 años.

González nació en Posada de Llanera, lugar de origen de su padre, pero a los 18 meses se trasladó con su familia a vivir a Lugones, donde desde entonces echó unas fuertes raíces. "Puedo decir que soy de Lugones de toda la vida si problema", comenta con orgullo sobre la localidad sierense a la que tanto quiere.

Su camino hasta levantar la persiana para vender periódicos, revistas y golosinas no fue sencillo. Primero fue gasolinero, más tarde probó suerte como taxista y seguidamente tuvo una breve experiencia emprendedora como pescadero, si bien el tiempo demostraría que lo suyo era más el comercio puro y duro. "Te vas haciendo a una clientela habitual a la que ves tanto o más que a la familia", explica.

Ahora, ya con 47 años, acumula dos décadas de experiencia despachando todo tipo de publicaciones entre las que asegura que destaca una especialmente. "Lo que más vendo a diario sin duda es LA NUEVA ESPAÑA". Y señala dos montones de ejemplares listos para salir a las calle.

En este tiempo, González no se ha quedado con los brazos cruzados y como buen empresario trabaja cada día en fórmulas que mejoren las ventas. Es quizás esa inquietud la que le llevó a finales de los años noventa a formar junto a un grupo de quiosqueros de toda la región el colectivo de Kiosqueros Asturianos Asociados (Kiasa). "Por aquel entonces fui uno de los socios-fundadores", explica sobre una asociación que tan mal no debió de haber ido, pues desde entonces mantiene su actividad de manera ininterrumpida.

Del mismo modo, indica que intenta integrarse en la iniciativa empresarial local a través de su colaboración con la Asociación de Servicio y Comercio de Lugones (Asecol), de la cual forma parte como socio y participa de las diferentes iniciativas. "Participamos en campañas, sorteos y todo lo que haga falta para tratar de reactivar un comercio que, como todo, fue a peor en los últimos años", comenta con cierta resignación un quiosquero para el que sus clientes no escatiman en halagos.

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