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El Matadero de Noreña irá a otra subasta al no prosperar la oferta de Mafrimargo 5

La empresa rechazó aportar la señal de 175.000 euros y recurrió la adjudicación, sin éxito, porque no asume los 800.000 euros de deuda

La empresa Mafrimargo 5 no se hará finalmente con la propiedad del Matadero Central de Asturias, ubicado en Noreña, tras vencer el plazo para depositar la señal de 175.000 euros correspondiente al 10% de la oferta presentada en la subasta del macelo impulsada por el Juzgado de lo mercantil número 2 de Oviedo. Las instalaciones se verán abocadas con casi toda probabilidad a una nueva puja.

El Juzgado trató sin éxito en varias ocasiones de notificar al administrador único de Mafrimargo 5, Julio Enrique Díaz Prado, el auto en el que se autorizaba a los acreedores de Junquera Bobes a venderles las instalaciones. Finalmente el pasado 1 de febrero se le hizo llegar la documentación a través de la Guardia Civil en el matadero del oriente, ubicado en Margolles (Cangas de Onís).

Tras más de una semana en la que la empresa no depositó la señal exigida para continuar con los trámites de adquisición de las instalaciones, Mafrimargo 5 decidió ayer interponer un recurso contra el auto de adjudicación, fundamentado en su desacuerdo a tener que asumir la deuda de unos 800.000 euros acumulada por los anteriores gestores.

Según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA dicho recurso no fue finalmente admitido a trámite por el Juzgado y, una vez vencido el plazo para depositar los 175.000 euros, todo apunta a que el juez considerará el desistimiento de la oferta y, por tanto, la subasta de las instalaciones quedará desierta.

Ante tales acontecimientos, el Juzgado deberá decidir entre la liquidación del matadero o la convocatoria de una nueva subasta, si bien algunas fuentes señalan que con casi toda probabilidad se decantará por esta segunda opción, al considerar que el Matadero Central es un negocio que tiene viabilidad con una gestión correcta. La posibilidad de una nueva subasta permitiría que se reenganchasen al proceso Serincar 92 y Macelo de Mieres, las dos empresas que junto a Mafrimargo 5 se interesaron por las instalaciones y que fueron descartadas por diferentes motivos. Asimismo, algunas fuentes indican que habría otros empresarios que aspirarían a una nueva convocatoria, siempre con pujas inferiores a la de Mafrimargo 5.

De todos modos, la solución definitiva para reabrir el matadero, que cesó su actividad hace más de año y medio, no parece sencilla. A la necesidad de hacer una oferta atractiva para los acreedores de Junquera Bobes hay que sumar la estimación de casi un millón de euros de inversión que se precisa para acondicionar el macelo, así como 800.000 euros correspondientes a las deudas con la Seguridad Social de los anteriores gestores, que deberán ser asumidas por el comprador al contemplar la legislación que en estos casos la venta da lugar a una sucesión de empresa.

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