El artista Humberto Alonso, maliayés de adopción, inauguró el mes de febrero cumpliendo 90 años. "No le di ninguna importancia. Nunca lo celebré porque soy poco aficionado a las fiestas", comenta. Lo que a él verdaderamente le satisface es seguir pintando, con el mismo entusiasmo que un veinteañero.

Ahora está inmerso en una serie de acuarelas de gran tamaño sobre Villaviciosa, y asegura que se siente afortunado porque pinta por puro placer y satisfacción. "Lo estoy haciendo con gusto. La ventaja es hacerlo por gusto, no por necesidad. No trato de vender nada", explica Alonso.

Está considerado uno de los mejores acuarelistas de Asturias, una técnica no demasiado fácil de manejar, aunque él lo haga con gran destreza. "No te permite rectificar, pero por la costumbre y el hábito tengo ya una cierta seguridad", argumenta. Aunque Humberto Alonso llegó a esta técnica por necesidad. Cuando empezó a pintar descubrió que tenía alergia al óleo, pues le lloraban los ojos. "Por eso empecé con la acuarela", reconoce. Sin duda, fue un gran acierto. "Después salieron al mercado otros productos, pero ya le había cogido el gusto a la acuarela", indica. Así que siguió.

"Vas evolucionando y lo vas haciendo por gusto. No es una profesión, es una satisfacción. Lo haces porque te gusta y te dejas llevar por lo que te apetece hacer...", argumenta Humberto Alonso.

El estuario de Villaviciosa sigue siendo su incondicional musa, la que inspira la mayoría de sus inconfundibles paisajes, llenos de luz, brillo, color, vida y exquisitez. "La ría no me cansa porque siempre es distinta. Cambia en cada hora, cada día, las mareas suben y bajan...". El artista la ha pintado de mil maneras, captando su versatilidad y dinamismo. "La ría de Villaviciosa es muy cambiante", insiste. Admite que la conoce muy bien porque la ha observado mucho. Es más, tiene el privilegio de que es lo primero que ve desde la ventana de su casa de Tornón. La playa de Bonhome, en el Puntal, es uno de los lugares que más ha dibujado con sus pinceles y de sus rincones favoritos. "'¿Por qué pintas tanto la ría?', me suelen preguntar. Contesto que porque es tan distinta según la hora y el momento... Aunque quizá quien no tenga esa inspiración artística no percibe tanto esas diferencias, principalmente en la luz", indica Humberto Alonso, que reconoce haber pasado "muchas horas en la ría". Es una costumbre que no ha perdido y se deja envolver por el embrujo de la marisma.

Pero además de su amada ría, para la que tiene el permiso de su esposa, Margarita Amandi, el decano de los acuarelistas asturianos quiere completar la serie de obras de gran formato plasmando otros enclaves emblemáticos de Villaviciosa como son la plaza del Ayuntamiento o el Ancho. Alonso siempre sale de casa con su cuaderno de apuntes y lápiz para recoger momentos cotidianos que no quiere dejar escapar.