Utilizar las letras como arma para cambiar una realidad muy alejada del potencial de un pueblo. Con ese espíritu empezó hace medio siglo José Antonio Coppen a escribir crónicas sobre la situación de su amado pueblo de Lugones, en el que asegura que nació, creció y vivió o, lo que es lo mismo, pasó y pasa toda su vida.
Hasta su jubilación compaginó sus escritos con su trabajo en la oficina de una industria local, y preguntado por el motivo de sus textos lo tiene muy claro. "Hay gente que no sabe por qué escribe, pero yo empecé a hacerlo para ayudar a acabar con el abandono de Lugones", señala con la boca pequeña, denotando cierto temor a parecer pretencioso. "No sé hasta que punto puedo ayudar a algunas mejoras, pero al menos lo intento", apunta.
A lo largo de su vida formó parte de muchos colectivos locales como la asociación de vecinos, las sociedades de festejos o el Atlético de Lugones, del cual destaca su solera como "uno de los equipos más antiguos de Asturias", al mismo tiempo que recuerda los años 90 como el inicio del verdadero progreso para Lugones. "El movimiento ciudadano dio pie al grupo Conceyu y este hizo que tuviésemos peso en el ayuntamiento", indica, para después enumerar varias actuaciones logradas, entre las que destaca el soterramiento de las líneas de alta tensión.
Son innumerables las reivindicaciones de las que ejerció de altavoz en alguna ocasión y que terminaron por satisfacerse, aunque admite que tiene una espina clavada que confía en que con la ayuda de las fuerzas de sus letras pueda por fin ser sacada. "Llevo 15 años pidiendo a todos los consejeros una residencia de mayores y espero verla hecha", cuenta el cronista oficioso de Lugones.
