Misterio resuelto. A la pata del parque de la Ballina (Villaviciosa) y a su prole no se los llevó nadie, ella misma se fue con sus polluelos para la ría. Así lo cuentan los sorprendidos maliayeses que el domingo por la mañana, sobre las nueve, la vieron pasar por la Acerona y cruzar la carretera. Lo cuenta Trini Santos, camarera en un bar de la calle Cervantes: "Quedé asustada. No lo podía creer". Ya había intentado escapar primero, pero un hombre la vio y la devolvió al parque, pero ella, empeñada en marcharse, volvió a salir. Tres clientes decidieron salir y guiar a esta familia de ánade real para que no los atropellaran. Fueron hasta más allá de la gasolinera, cruzaron por el paso de peatones y se metieron en la ría por uno de los prados que hay detrás del campo de fútbol. Allí los dejaron.

La marcha de la pata con sus crías -el jueves por la noche salieron del cascarón diez polluelos- se produce después de que el sábado por la tarde una anguila del estanque se comiese una. No obstante, a la ría, la pata llegó con ocho crías.