Para animar las ventas veraniegas no hay nada como un buen "chupinazo". Más que nada porque el turismo no se deja notar en Asturias, y sobre todo en las zonas costeras, hasta que pasa la fiesta de San Fermín. Esto es, de hecho, lo que asegura el comerciante David Gabarri. Y algo sabe del negocio, porque este poleso, que se pasa seis días a la semana recorriendo los mercados de media Asturias, representa la tercera generación de una familia dedicada a la venta de calzado.

David Gabarri regentaba ayer en la Pola el puesto de venta de calzado de su tío, Miguel Jiménez. "Aquí ya vendía calzado mi abuelo, antes que nosotros. Aunque el producto ha cambiado, obviamente", comenta Gabarri. Además de la Pola, este joven recorre otros mercados, como los de Ribadesella, Laviana, Gijón, Corvera e Infiesto.

"El verano es buena época para la venta, sobre todo en la costa. Pero dependes de muchas cosas, para empezar del tiempo. Si hace mucho sol, como estos días, las ventas bajan. Lo ideal es que esté un poco nublado, pero con temperatura agradable", explica el vendedor ambulante.

La jornada de ayer, en todo caso, era poco propicia por la propia idiosincrasia de la Pola: "El martes después del Carmín es siempre un día muy flojo", sostiene Gabarri. Un simple paseo por el mercado confirmaba esa impresión: menos comerciantes de los habituales, y floja asistencia de clientes.

En lo relativo a la venta de calzado, la sandalia y el mocasín, para las mujeres, y un calzado ligero, para los hombres, son los productos más demandados en esta época, aunque Gabarri reconoce que el inicio del verano no ha sido, de momento, todo lo positivo que cabría esperar. "Estamos vendiendo muy poco, aunque en la costa está la cosa mejor", sostiene.