Lieres se resiste a olvidar lo que en su día fue un hito para el progreso de la parroquia y prueba de ello es la nutrida presencia de vecinos que ayer participaron en la misa en honor al Cristo del Agua en la capilla construida hace medio siglo en su honor en el monte La Cuesta.

Esta fiesta surgió en 1965 a raíz de la inauguración el 1 de octubre de aquel año del depósito de agua que desde entonces abastece a gran parte de la parroquia. Una avance que supuso un gran impulso para los pueblos de la zona que quisieron agradecer de algún modo la llegada de este servicio. "El primer año se hizo una misa junto al depósito y al siguiente se construyó la capilla", recuerda Mari Paz Tomás, que durante muchos años colaboró en la organización de las fiestas.

Desde entonces, diferentes comisiones gestionaron unas celebraciones que este año contaron con una comida para 243 vecinos y una animada verbena en la jornada del sábado y ayer concluyeron con una comida, un festival de canción asturiana y otra verbena.