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La señalización de los pueblos y las vías de comunicación locales

"La zona rural de Siero es un laberinto y no hay señales", denuncian las parroquias

La ausencia de indicadores en los barrios ocasiona continuas molestias a vecinos y visitantes y dificulta las tareas de los servicios de emergencia

"La zona rural de Siero es un laberinto y no hay señales", denuncian las parroquias FRANCO TORRE

Una mujer de 47 años falleció en el núcleo de Balire (La Carrera), en julio de 2012, después de sufrir un infarto. La ambulancia que se acercó al lugar para atenderla tardó, a decir de los allegados, cerca de 75 minutos en llegar a la zona, pese a que había salido de la vecina localidad de Pola de Siero. Equivocó la dirección debido a una señalización errónea.

La tragedia pudo repetirse este mismo verano en otro núcleo de La Carrera, La Parte, cuando una ambulancia tardó más de media hora en llegar tras una llamada. En este caso, lo que parecía un infarto era, en realidad, un caso de alergia a un medicamento. Pero el suceso ha reavivado las quejas en las parroquias de la zona rural de Siero, que claman por una señalización apropiada para sus núcleos.

"Esto es un laberinto porque hay muchos caminos, pero no tenemos nada señalizado", lamenta la alcaldesa de barrio de Hevia, Agustina Castro. En el caso de esta parroquia, los vecinos tiran de una referencia inequívoca para citar a los visitantes: "Quedamos con ellos en la iglesia de Hevia, y vamos a buscarlos ahí para guiarlos a donde sea. O hacemos eso o tienen que venir con el teléfono en la oreja para irles indicando, porque aquí no hay una calle o una carretera que articule todo el pueblo", explica.

El que haya una carretera articulando el barrio es una ayuda, aunque no siempre. El caso de La Carrera es sintomático: desde la carretera nacional 634, a la salida misma de la Pola, una señal en un cruce sitúa La Carrera al norte de la vía, pero la zona sur, a la que hay otra entrada, carece de indicación, más allá de una señal que dirige al restaurante Los Pepitas. Este es, precisamente, el cruce en el que se confundió la ambulancia en 2012.

"Lo que pasa ahí es que el indicador te manda para arriba, para El Chalupu, pero La Carrera son los dos lados. Es un indicador que está mal, hay que quitarlo y poner señalización en los núcleos", señala Juan Camino, del Partido Independiente de Siero (PINSI), que ha presentado una moción para tratar este asunto en el próximo pleno. Porque Camino deja claro que, a su juicio, es un asunto prioritario: "La problemática es tan grave como que se muere la gente porque no llegan los servicios de emergencia", sentencia.

El problema, en todo caso, no es sólo llegar al lugar: también hay que reconocerlo. "En la carretera puedes ver una señal con cuatro o cinco sitios, pero después llegas y no sabes cuál es cuál porque no hay señales", explica María Pilar Santianes, alcaldesa de barrio de Anes, quien explica que en esta parroquia, la más grande de Siero, "hay pueblos que no se sabe ni que existen".

Otro problema aparejado es el diferente criterio que tienen las distintas administraciones con respecto a los límites de los núcleos. "Para Correos mi barrio es Villanueva, pero para el Ayuntamiento soy de Llorián. Y yo, en realidad, soy de El Picu, que es como lo conocemos los vecinos. Porque hay muchos más barrios de los que el Ayuntamiento reconoce", explica Raquel López, alcaldesa de barrio de Collao, quien considera clave regularizar la numeración y buscar un consenso entre las administraciones.

Asimismo, ha habido señalizaciones con buenas intenciones, pero con resultados desiguales. Es el caso de los paneles indicadores de metacrilato que se instalaron en el anterior mandato y que en parroquias como Arenas de San Juan (El Cuto) están mal instalados. "Aquí, de los cinco que hay, tres no están en el sitio correcto", explica la alcaldesa de Barrio, Mari Carmen García.

Ella se ha dirigido sin éxito en varias ocasiones al Ayuntamiento para que subsanase el error, que, por otra parte, no es la única carencia de la parroquia. Sin ir más lejos, en su pueblo, La Cerezalina, "hay solo un cartel por uno de los lados; si vienes desde la otra parte, no te enteras que pasas por aquí", comenta.

Tampoco se enteran quienes atraviesan Muncó, en Vega de Poja, uno de los pueblos que más tiempo lleva reivindicando un cartel en la carretera AS-248. "Hay una diferencia increíble entre Gijón y Siero; en todo el tramo de Gijón la carretera está arreglada y todos los pueblos señalizados, y en Siero estamos así", dicen Manrique Medina, presidente de la comisión de festejos, y Pablo Álvarez, vecino de la localidad que trabaja en Gijón.

Para ellos, a falta de cartel, el bar La Venta es el punto de referencia si quieren que alguien localice el pueblo. "Pero no es solo aquí, yo no me canso de dar indicaciones a gente que busca casas y no tiene manera de encontrarlas", asegura Medina.

El mismo problema lo tienen las parroquias de Aramil y Feleches en la carretera Nacional 634, pero, en este caso, la razón, al parecer, son problemas legales o técnicos. No obstante, los vecinos de ambas localidades no dejan de reivindicar su nombre en los carteles. El alcalde de barrio de Feleches, Víctor Fernández, dijo, no obstante, que la señalización interior de la parroquia "mejoró mucho en los últimos cinco años".

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