El ingeniero norteamericano Carlos S. Rionda protagonizó ayer un interesante pregón de las fiestas del Ecce Homo en el que, además de recordar sus raíces en la Villa Condal a través de figuras como su abuelo Silvestre Rionda, aprovechó para instar a las industrias cárnicas noreñenses a aprovechar su potencial para exportar a los Estados Unidos.

Rionda comenzó su intervención rememorando como su familia comenzó en el siglo XIX a emigrar al Nuevo Mundo. El nieto del indiano que impulsó obras tan importantes como la traída de agua de Noreña apuntó que todo empezó como ocurría con muchas familias en aquella época. "Teníamos un tío en Cuba y fue invitando a sus sobrinos a ir hasta que todos terminaron allá", señaló el pregonero que también recordó como la revolución cubana obligó a su familia a empezar de cero. "Nos requisaron todo lo que nos habíamos llevado de Noreña para allá y la familia tuvo que empezar de cero en América con una panadería", dijo.

Esa dura prueba fue la que dijo que sirvió para comprobar "loso genes de gente trabajadora y decente de Noreña" que tenían su padre y su tío. Unas virtudes que dijo haber comprobado en su última visita a la Villa Condal en abril, en la que se quedó entusiasmado con el aprecio de los vecinos a su familia y los numerosos amigos que hizo entonces. Fue en aquel viaje en el que entabló relación con el párroco de Noreña, Pedro Tardón, así como con la alcaldesa, Amparo Antuña, y la concejala Ana González. "Hablamos mucho, me invitaron a ser pregonero y es uno de los honores más grandes que he aceptado", explicó.

Asimismo, contó al público que de aquellas conversaciones salieron varias ideas para fomentar el empleo y el progreso del concejo. "El turismo y la industria cárnica son dos grandes oportunidades", declaró, para luego anunciar la donación de 700 folios de historia de Noreña que le aportó la Universidad de Florida y ofrecerse como intermediario para los vecinos. "Si alguien está interesado en entrar en el mercado americano le ofrecemos nuestra ayuda", anunció.

Unas palabras que fueron muy aplaudidas por un público que previamente asistió a la coronación de la pequeña Lucía Carrio como Reina Infantil y la joven estudiante Sheila Suárez como Reina de las fiestas.