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Setas descomunales en Siero

Jesús Antoral encuentra en La Collada un ejemplar de cinco kilos cuando retornaba a casa de vacío tras salir a por boletus

Faustino y Jesús Antoral, con el monumental hongo, ayer. FRANCO TORRE

A Jesús Antoral le gusta salir a buscar setas. No pierde la ocasión, cuando llega la temporada, de peinar La Collada y los núcleos próximos en busca de algún ejemplar sabroso que después su hermano Faustino pueda cocinar en el restaurante de la familia, Casa Mori. Las buenas setas alegran cualquier plato, ambos lo saben, y Jesús tiene ojo. Pero lo que encontró este fin de semana es una pieza bastante singular: un fenomenal hongo de más de cinco kilos. La mayor pieza que ha "cazado" en su vida.

"Salí a buscar boletus", afirma Jesús Antoral, con la mirada fija en el enorme globo blanco. "Hay una zona, en Muñó, donde siempre hay setas y me pasé por allí, pero no encontré nada. Ya me volvía a casa y me acerqué a un terreno de aquí de La Collada, porque un vecino me había dicho que había visto setas. Me extrañaba, porque en ese terreno nunca crecen, pero me pasé a echar un vistazo y ver qué encontraba", relata el sierense.

Lo que encontró fue la luna. O un hongo casi tan grande como la luna. Y no estaba solo: a su lado, otro hongo de la misma especie aunque más pequeño le hacía compañía. Este segundo ejemplar pesaba "sólo" dos kilos.

Los Antoral volvieron a pesar ayer el hongo principal, en presencia de LA NUEVA ESPAÑA, para corroborar el hallazgo. En el frontal de la báscula, incrédula, brillaba un número con marchamo de gordo de la lotería: 5.490. Casi nada.

"No lo vamos ni a tocar, al menos de momento. Se queda aquí expuesto, para que lo vean los clientes", explica Jesús Antoral. En unos días, si el hongo resiste, quizás le hinquen el diente. Al que no le salva nadie es al pequeño, que ayer ya lucía partido en dos. "Corté unos filetes anoche, para cenar", confiesa Jesús. La receta es apetitosa: "Lo cortas como si fuera carne y lo fríes. Pero tienes que echarle algo encima, jamón o algo, porque no tiene mucho sabor. Su textura es como la de las nubes de los críos", explica. El hongo, a su lado, tiembla.

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