Además de la aprobación de las ordenanzas fiscales para 2017 y la nueva normativa de toponimia, el Pleno del pasado jueves tuvo como singularidad la disparidad de voto entre los concejales del grupo municipal de Somos. El criterio en ciertas votaciones entre los concejales Javier García e Isabel Fernández estuvo enfrentado, como la relación entre ambos. Esta situación, sumada a la pírrica ventaja que tiene el tripartito frente a la oposición (sólo separados por un asiento en el salón de Plenos contando el de García), hace que el gobierno local deba enfrentarse a un nuevo escenario político de cara a los presupuestos del año que viene, ya a a la vuelta de la esquina.
Si bien el alcalde, Gerardo Sanz, asegura estar "tranquilo" pese a las circunstancias, el equipo de gobierno se verá en la obligación de afrontar una ardua negociación para las previsiones económicas del próximo ejercicio, en las que Ciudadanos puede tener un papel fundamental.
"Si Somos está enfrentado en las votaciones nuestro papel puede ser decisivo. Estoy encantado, porque nos puede dar la oportunidad de sacar adelante políticas que nos parecen interesantes. De todos modos, no entra en nuestros planes entrar en ningún tipo de pacto. El acuerdo alcanzado para las ordenanzas fiscales fue algo puntual y lo de los presupuestos es harina de otro costal", explicó Alfonso Cicero, edil de la formación naranja.
Los votos del PP (7), Ciudadanos (1) y García (1) sumarían la mayoría necesaria para aprobar presupuestos o presentar una moción de censura, una situación que tanto Cicero como el edil de Somos descartan.
"Al contrario que mi compañera yo no pienso consensuar nada con el tripartito. Lo que me preocupa es cumplir el programa electoral", sentencia García. Por su parte, Fernández asegura votar ciñéndose "al acuerdo de gobierno y no a los intereses del tripartito". Además, la edil subraya que García "ha demostrado no ser compañero de nadie más que de sí mismo".
