"Hay que trabajar mucho y comer poco", decía hace algo más de un año María Luisa Huerta a LA NUEVA ESPAÑA en un reportaje sobre los centenarios en Asturias. La abuela de Grado logró superar el siglo de vida y a punto estuvo de alcanzar los 103 años, que cumpliría en diciembre. Falleció el viernes en Oviedo con 102, rodeada de su familia. Huerta vivió desde pequeña en Villanueva, trabajó duro en el campo y en un bar de la familia. Tuvo tres hijas (una ya fallecida), tres nietas y varias bisnietas. Presumía orgullosa del matriarcado que había formado.