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El hundimiento de una carretera desplaza y resquebraja una vivienda en Pravia

"Cualquier día aparece la casa allá abajo", dice resignado Fernando Menéndez, que pide obras al Principado

Fernando Menéndez y Rodrigo Menéndez, de la vivienda afectada, con la alcaldesa de la parroquia, Manuela Martínez, al fondo, observan el hundimiento de la vía, ayer, en Los Cabos. S. ARIAS

Una solución. Es lo que piden los vecinos de Los Cabos (Pravia) ante el incontenible hundimiento de la carretera regional AS-224 a la salida del pueblo en sentido Somao. Un deterioro de la vía, que lleva moviéndose más de 40 años según los vecinos, y que supone accidentes para ciclistas, daños en los automóviles y, lo más grave: la casa de Fernando Menéndez comienza a resquebrajarse con innumerables grietas.

"Queremos una solución ya porque el Principado realizó un estudio para conocer las razones por las que se está moviendo el terreno, pero no han tomado medidas y con el invierno la situación empeora", explica Manuela Martínez, alcaldesa de la parroquia rural de Los Cabos. Para presionar a la administración están recogiendo firmas por todo el concejo para que atiendan su petición.

La carretera se hunde en la curva que conecta con La Fayona. La casa de Menéndez siempre estuvo a pie de carretera pero los movimientos de tierra la desplazan y ya está a un metro de la vía. Además, comienza a resquebrajarse por la parte de la terraza. "Se ve perfectamente en la cerezal, que antes la gente comía las cerezas desde la carretera y ahora está a treinta metros", comenta Menéndez. El afectado también señala que cada dos meses los operarios del Adif tienen que arreglar la vía del tren. "Cualquier día aparece la casa allí abajo", señala resignado. Tampoco sirve de nada los muros de contención que construye en su propiedad ya que "al los días revientan".

La consejería de Fomento realizó un estudio técnico en la zona mediante sondeos y la instalación de unos tubos para medir los movimientos de tierra. "A los quince días ya no entraba el medidor en los agujeros", apunta. Los movimientos de tierra, que los vecinos creen que se deben a la filtración de aguas en el terreno arcilloso, genera hundimientos en la carretera, un gran bache y el peligro para la casa de Menéndez.

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