La rula de Candás es la segunda de Asturias en kilos subastados en sus instalaciones. Ese dato viene motivado principalmente por la compra venta del ocle, esas algas rojas que tras una serie de tratamientos son utilizadas por la industria farmacéutica y que tienen en la capital carreñense su gran centro de operaciones para toda la región.

El pasado mes de noviembre, Candás recopiló 720.265 kilogramos de ocle, según los datos aportados por la consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales. Esa cantidad dista en tanto solo 60.000 kilos de los pescados rulados en la lonja de Avilés, aunque lógicamente, la distancia en facturación es sideral: mientras Candás obtuvo 107.125,44 euros en total por la venta de algas rojas, en Avilés la cifra de ventas fue de 2,7 millones de euros durante el pasado mes de noviembre por el suministro de una variada oferta de pescados y mariscos.

Estos datos confirman que la rula de Candás es la capital del ocle asturiano y todo ello pese a que la recogida de algas es una práctica habitual en las villas costeras a lo largo del Principado. Sin embargo, la tradición de Gozón y Carreño supera con creces las cifras de otras lonjas de la región.

"Efectivamente, Candás y Luanco son las zonas de Asturias en las que más se cava, hay más campos (como denomina a las zonas con ocle)", destaca José Ángel Gutiérrez, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores "Virgen del Rosario", de Candás. La capital de Carreño es el lugar elegido por buena parte de los recogedores de ocle de la región. Una prueba de ello es que embarcaciones de Lastres, Cudillero, Luanco y otras prefieren rular sus capturas en la cofradía candasina. "Debe haber unas dieciocho embarcaciones dedicadas al ocle en Asturias y la mayoría descargan aquí; de hecho de las tres que hay en Luanco, por ejemplo, dos vienen a la rula de Candás", cuenta el patrón mayor de los pescadores carreñenses, que relaciona la proximidad de los "grandes campos" de ocle y la situación del puerto para explicar el buen funcionamiento de la rula local a la hora de vender las algas rojas para la industria farmacéutica.

Existen dos técnicas para la extracción del ocle. Una de varada y otra, de arribazón. La primera se centra en el arrancado de las algas del fondo marino. "Todo depende de en qué estado se encuentre la mar, pero el ocle suele estar entre los cuatro y los doce metros de profundidad", explica Gutiérrez, que entiende que los meses óptimos para desarrollar esta labor son los meses de verano, entre julio y septiembre.

La otra forma, y más tradicional, es la de arribazón, es decir, la recogida de ocle almacenado en la orilla de los arenales y zonas costeras. Ese tipo de trabajos fueron durante muchos años un sustento para no pocas familias de los concejos de la comarca de Peñas, que obtenían un sobresueldo con la venta de las algas rojas. "Ese sistema está cada vez más legislado y para poder recoger ocle por arribazón necesitas una licencia, antes no. En el caso de la varada, también se utilizan lanchas profesionales", explicó el patrón mayor de los pescadores candasinos.

Cada vez que toca arrancar las algas rojas del fondo marino, un grupo de al menos cinco tripulantes trabaja en las embarcaciones. A esa labor hay que sumar el volteado y el secado, e implica el uso de camiones y un lugar para que las algas sequen al sol, que normalmente suele ser una pradería, aunque hace años el ocle solía secarse incluso en las barandillas de las zonas más próximas al puerto.